A diferencia del discurso maniqueo y victimista que propugna Convergencia, los datos oficiales no arrojan lugar a dudas. Cataluña sigue situándose entre las regiones con mayor déficit público, con más de un 1 por ciento del PIB regional hasta el segundo trimestre, después de cerrar 2011 en el 3,7 por ciento; además, es líder indiscutible en materia de deuda, con 44.000 millones de euros, equivalente al 22 por ciento de su PIB y a un tercio de toda la deuda autonómica; por si fuera poco, sus empresas públicas acumulan un agujero de 6.365 millones de euros, más de la mitad de la deuda empresarial de todas las comunidades autónomas; y ello, sin olvidar que Cataluña está sufriendo una recesión superior a la de la mayoría de regiones.
La gestión económica de Mas ha fracasado de forma rotunda. Cataluña sigue presentando un elevado déficit y una insostenible deuda a pesar de disparar los impuestos -aplica el tercer IRPF más alto del mundo (56 por ciento)- y recortar de forma indiscriminada servicios públicos esenciales. Entre otras razones, porque sigue destinando ingentes recursos para cobijar al clientelismo nacionalista a través de embajadas, subvenciones y todo tipo de órganos y entes inútiles. Asimismo, sus políticas de exclusión y su más reciente utopía independentista ahuyentan a los inversores y a las empresas. En definitiva, la falsa utopía secesionista de Mas no es sino una cortina de humo para tapar su profunda hipocresía política, culpando a España de sus propios errores cuando es ésta la que está evitando su quiebra.
ABC
Félix Velasco - Blog
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