martes, 20 de noviembre de 2012

La hipocresía de Artur Mas


EL Gobierno ya está desembolsando el dinero necesario para evitar la quiebra de Cataluña. Hacienda anunció que la Generalitat recibió ayer 2.847 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para cubrir sus vencimientos de deuda y sus nuevas necesidades de financiación. En total, el Ejecutivo de Artur Mas ha solicitado al Estado un crédito de 5.433 millones en 2012 a través del FLA, casi un tercio de los 18.000 millones de euros con los que cuenta este Fondo para inyectar liquidez al conjunto de comunidades autónomas. Pero no es la primera vez que el Gobierno acude al rescate de la Generalitat. Desde principios de año, también se ha beneficiado de cuantiosos anticipos procedentes de la financiación territorial, así como de una línea del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para refinanciar su deuda y del ya famoso plan de pago a proveedores para abonar sus facturas pendientes. Si aún no ha suspendido pagos es gracias, exclusivamente, a la solidaridad del resto de españoles. Sin embargo, lejos de agradecer y reconocer este apoyo incondicional, el retrógrado nacionalismo de CiU culpa a España de todos los males de Cataluña cuando, en realidad, su pésima situación se debe tan sólo a su mala gestión de gobierno. Mas ha optado por esconderse bajo la irracional y absurda bandera del independentismo con tal de no asumir su responsabilidad en la crisis.
A diferencia del discurso maniqueo y victimista que propugna Convergencia, los datos oficiales no arrojan lugar a dudas. Cataluña sigue situándose entre las regiones con mayor déficit público, con más de un 1 por ciento del PIB regional hasta el segundo trimestre, después de cerrar 2011 en el 3,7 por ciento; además, es líder indiscutible en materia de deuda, con 44.000 millones de euros, equivalente al 22 por ciento de su PIB y a un tercio de toda la deuda autonómica; por si fuera poco, sus empresas públicas acumulan un agujero de 6.365 millones de euros, más de la mitad de la deuda empresarial de todas las comunidades autónomas; y ello, sin olvidar que Cataluña está sufriendo una recesión superior a la de la mayoría de regiones.
La gestión económica de Mas ha fracasado de forma rotunda. Cataluña sigue presentando un elevado déficit y una insostenible deuda a pesar de disparar los impuestos -aplica el tercer IRPF más alto del mundo (56 por ciento)- y recortar de forma indiscriminada servicios públicos esenciales. Entre otras razones, porque sigue destinando ingentes recursos para cobijar al clientelismo nacionalista a través de embajadas, subvenciones y todo tipo de órganos y entes inútiles. Asimismo, sus políticas de exclusión y su más reciente utopía independentista ahuyentan a los inversores y a las empresas. En definitiva, la falsa utopía secesionista de Mas no es sino una cortina de humo para tapar su profunda hipocresía política, culpando a España de sus propios errores cuando es ésta la que está evitando su quiebra.
ABC
Félix Velasco - Blog

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