Sucede además que esta polémica contiene un mensaje encriptado, y es que para plantear un desafío como el de la independencia hay que tener de cristal el techo de la propia casa. A Mas no lo van a parar Alicia Sánchez Camacho ni Pere Navarro, animosos pesos ligeros de la política, pero su iluminado designio se puede tambalear solo si empiezan a aparecerle cadáveres en los armarios. Y aunque el patio de la crítica interior, y hasta de la justicia autóctona, lo tiene apaciguado con subvenciones clientelistas no puede controlar ni sustraerse al escrutinio del aparato legal del Estado. Muchos años de gobierno institucional han convertido a CiU en un sindicato de intereses y apaños que permanecían escondidos en el célebre oasis a la mirada pública pero ahora ese régimen se tiene que exponer a la confrontación que él mismo ha elegido. Mientras Cataluña sea parte de España sus ciudadanos están sometidos al imperativo de las mismas leyes.
Tal vez la irritación provocada por la denuncia de la corrupción convergente se deba a que los dirigentes nacionalistas entienden que alguien les ha metido en la cama la cabeza decapitada del caballo de sus privilegios institucionales. Aun si así fuese no podría quejarse de juego sucio quien lleva años practicando la deslealtad sistemática, y quien acusa de ladrón al Estado que enjuga sus deudas y cubre sus bonos. La gente tiene derecho a saber si los que dicen que aspiran a crear una nación como Suiza han empezado por llevarse allí su propio patrimonio.
Ignacio Camacho
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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