- Falta de confianza - No te crees capaz de lograr lo que te has propuesto, por lo tanto, pierdes la motivación. No quieres perder el tiempo haciendo cosas que no te van a a dar resultado.
- Expectativas negativas - Cuando piensas en alcanzar tus metas te imaginas lo peor: tragedias, peleas, enfermedades, rivalidades, etc. Es fácil perder la motivación. ¿Quién quiere alcanzar una meta que no trae felicidad?
- Personas que no creen en ti - Estás trabajando para alcanzar tus metas arduamente, pero cada vez que compartes tus planes con las personas que te rodean, recibes críticas, burlas y comentarios cínicos. Este tipo de ambiente poco a poco erosiona tu motivación.
- Perfeccionismo - Quieres hacer todo tan perfectamente bien que nunca acabas de hacer nada. Aun cuando terminas de hacer una tarea, sientes que la tarea está incompleta, que no es lo suficientemente profesional, que no es de calidad. Entonces vuelves a empezar una y otra vez hasta que pierdes la motivación por completo.
- Agotamiento físico - Trabajas demasiadas horas para alcanzar tus metas. No duermes suficientes horas. No te alimentas bien. No sacas tiempo para la relajación. Al final, estás tan cansado o cansada, que no tienes energías para seguir adelante. Nadie puede sentir motivación si tiene agotamiento físico.
- Pesimismo - Te enfocas solamente en los problemas y obstáculos que enfrentas de una una manera negativa. Tu actitud es negativa incluso cuando logras algo, porque te enfocas en lo que no has logrado todavía. El pesimismo debilita tu fuerza. Te deja sin motivación.
- Falta de planificación - Sabes cuáles son tus metas, pero no tienes un plan de acción para alcanzarlas. Por lo tanto, trabajas demasiado haciendo cosas que no te llevan a ninguna parte. Al final, pierdes la motivación porque sientes que es imposible alcanzar tus metas.
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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