En su primer casting Marilyn Monroe impresionó bien poco. Le dijeron que no servía para modelo y mucho menos para ponerse delante de una cámara. El director la despidió con viento fresco diciendo: “Señorita, busque un hombre y cásese”.
En iguales circunstancias, el comentario para un joven e ilusionado Clint Eastwood fué: “No sirve. Su nuez es muy abultada y tiene los dientes separados”.
Félix Velasco
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