Los intereses que España tiene que pagar por colocar su deuda en los mercados se han disparado desde el comienzo de la crisis. Y el efecto no es en absoluto banal para las cuentas del Estado. Solo hasta mayo de este año, los costes que nuestro país ha tenido que desembolsar pararemunerar las emisiones de los bonos y letras asciende a 8.757 millones de euros, según datos de la Intervención General de la Administración del Estado. En el mismo periodo, la recaudación por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IFPF) ascendió a 14.477 millones. Es decir, que la desconfianza de los inversores «se ha comido» ya el 60,6% de los ingresos por este concepto.
Las perspectivas para lo que queda de año no son más halagüenas. Pese a los esfuerzos europeos por calmar a los mercados con el nuevo rescate a Grecia, la prima de riesgo (la diferencia de precio entre el bono español a diez años con respecto al alemán) se ha mantenido aferrada sobre los 300 puntos básicos y ayer cerró a 326. La última colocación del Tesoro Público se saldó la semana pasada con el mayor interés pagado por España desde 1997. De seguir por este camino, nuestro país cerrará el ejercicio con un pago de intereses en concepto de deuda del Estado de 27.461 millones, lo que supondría un 77,37% de los ingresos por IRPF previstos para todo 2011.
La huella de la tormenta crediticia, asimismo, se puede apreciar en la evolución del pago de intereses. Hasta hace cuatro años, el interés de la deuda oscilaba en torno a los 15.000 millones pero, a partir de 2007, comenzó a repuntar: ese año alcanzó el mínimo de 14.539 millones, una cifra que se incrementó gradualmente hasta alcanzar el máximo de 27.461 millones previsto en 2011. El gran salto se produjo en el transcurso de 2010 al presente año. El primer brote de la crisis en la Eurozona disparó en casi 8.000 millones el precio del pago de los intereses, casi un 28,49% más.
El devastador efecto de los extra tipos que España se está viendo obligada a abonar por la desconfianza que genera en los mercados ya ha sido objeto de análisis de la cúpula económica del país. El presidente del BBVA, Francisco González, explicó el pasado mes de junio que «por cada cien puntos básicos más en la prima de riesgo, España paga 12.400 millones de euros anuales». Es decir, el 1,2% del PIB. Según los cálculos del banquero, este montante «permitiría financiar con creces las inversiones de 8.400 millones en infraestructuras previstas para 2011 y, lo que es más importante, crear 160.000 empleos».
La contención fiscal es una de las principales materias de las que España deberá rendir cuentas si quiere disipar la desconfianza de los mercados. Según los datos del Tesoro, la deuda de la Administración central se eleva a 576.000 millones, un montante que se suma al de autonomías, ayuntamientos y Seguridad Social (236.000 millones). Por tanto, la cuantía final podría ascender a 840.000 millones. Desde 2007, la deuda pública se ha disparado en más de un 87%.
M. Cuesta y Luís M. Ontoso
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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