La obsesión de Fomento y de los gobiernos regionales por plagar España de aeropuertos no parece que tenga mucho sentido en un momento en el que desde el Gobierno se asumen los principios de austeridad y optimización de los recursos desde hace tiempo le vienen reclamando los analistas y los inversores. El problema es que estas obras ya están construidas y tendrán que pagarse con los impuestos de todos los españoles, aunque no tengan ningún tipo de lógica económica. En concreto, en este caso estamos ante una inversión de más de 45 millones de euros para una infraestructura que ha estado funcionando bajo mínimos desde su inauguración.
La obra fue inaugurada hace 4 años, con todos los parabienes de los políticos regionales, locales y provinciales. Está situada a 10 Kilómetros de la capital, entre los términos municipales de Alcalá del Obispo y Monflorite. En su discurso de investidura en 2007, el entonces presidente de la comunidad aragonesa, Marcelino Iglesias, actual secretario de organización del PSOE,celebraba la apertura de esta nueva infraestructura como un hito que ayudaría a la modernización y el desarrollo turístico de la región.
Desde su puesta en marcha ha habido varias aerolíneas que han operado en sus dominios, aunque sólo han querido prestar sus servicios en la temporada de invierno. Air Nostrum, Thomson Airways o Monarch Airlines son algunas de ellas (incluso ha habido vuelos desde Londres).
La compañía por excelencia del aeropuerto es Pyrenair. Impulsada por inversores del Alto Aragón e inaugurada en abril de 2007, se ha centrado sobre todo en la organización de viajes exclusivos para esquiadores a través de ofertas de paquetes turísticos. La pasada temporada de esquí, Pyrenair y Monarch (con escasa relevancia) fueron las únicas operadoras que mantuvieron su actividad en Huesca-Pirineos pero por menos tiempo de lo previsto.
A mediados de febrero de este año, en plena campaña invernal, Pyrenair anunciaba el cese de todos sus vuelos previstos hasta marzo y solo mantenía la ruta a Londres de Aramón, un grupo empresarial español de turismo de nieve y montaña en el que participa al 50% el Gobierno de Aragón y que opera a través de Monarch.
La suspensión repentina de la actividad agravaba aún más la situación económica de este aeropuerto a pesar de los intentos del presidente de la aerolínea, Hugo Puigdefábregas, por convencer de que su empresa no está abocada al cierre. "Nos hemos visto obligados a tomar esta decisión por una falta de liquidez puntual, grave y concreta como consecuencia de que la Pyrenair tiene que pagar los aviones con antelación y de que los bancos no aceptan financiar esos pagos" aseguraba.
Cuando se le preguntó sobre el futuro del aeródromo Puigdefábregas admitía que "como accionista quiero seguir en Huesca la próxima temporada pero como presidente creo que hay que abrir una reflexión".
Las cantidades millonarias que ha recibido su compañía vía subvención en estos cuatro años parece que no han sido suficientes para mantener con vida este proyecto. Tras el anuncio del cierre, el presidente de Pyranair dejaba caer la necesidad de un aumento de las ayudas procedentes del Gobierno aragonés "Solos no podemos seguir promocionando el aeropuerto y garantizando la movilidad con Huesca, las instituciones deben esforzarse para mantenerlo con vida".
Un aeropuerto insostenible con el número de pasajeros más bajo de España (sólo superado por el de Madrid-Cuatro Vientos), que desde su inauguración no ha conseguido llegar a los 6.300 pasajeros al año y que en 2011 baraja unas cifras de usuarios que le conducen directamente a la ruinaLos resultados anuales de este aeropuerto son demoledores, en 2007 transportó un total de 1.386 viajeros, al año siguiente esta cifra aumentaría hasta los 3.982, en 2009 anotaría su propio "record" con 6.228 pasajeros y en 2010 sumaría tan solo 5.906 usuarios. Estos datos significan que desde su creación ha sido cada año el segundo aeropuerto con menos pasajeros (de los 48 existentes) del país, superado incluso a otras obras "fantasma" como el de Córdoba o Albacete. En junio de este año, la cancelación anticipada de los vuelos invernales ha sido la guinda del pastel provocando que su actividad se salde en el primer semestre con 2.033 ocupantes.
Otro de los motivos que se suman a la escasa rentabilidad de la obra es que está situada a menos de 50 minutos del aeropuerto de Zaragoza. Este tiempo es similar al que tardaría un residente de cualquiera de los pueblos del oeste o suroeste de la Comunidad de Madrid, como Pozuelo de Alarcón, Majadahonda o Navalcarnero, en llegar a Barajas.
De hecho la cercanía de estos dos aeródromos es tan evidente que algunos alumnos de una escuela de pilotos chinos (que también cerró el pasado febrero por la escasez de clientela) ubicada en Huescallegaban a aterrizar por error en el aeropuerto de Zaragoza ante el pánico de todos los presentes.
Tres millones de euros en subvenciones, 39 trabajadores en nómina a día de hoy, que en numerosas ocasiones han superado a los pasajeros (algunos aviones han volado incluso sin clientela), instalaciones vacías, otros aeropuertos a menos de una hora de distancia y otro fracaso de una obra pública ineficiente cuyo futuro sigue en el aire.
Beatriz García
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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