Caos circulatorio en Madrid y Barcelona, donde hubo estaciones de servicio que se quedaron sin nafta. Muchos automovilistas hicieron largas colas para llenar los tanques por miedo al desabastecimiento y lo mismo sucedió en los supermercados con productos alimenticios de primera necesidad. En numerosas zonas españolas, piquetes de huelguistas impidieron el paso a camioneros que querían trabajar y se produjeron choques sin graves consecuencias. Algunos vehículos fueron atacados en las grandes áreas de estacionamiento durante la noche. Por la mañana temprano hubo camioneros que se encontraron con los parabrisas destrozados, los tanques de gasolina agujereados y neumáticos con clavos.
Existe un clima de "psicosis absoluta" de los conductores españoles, según Alejandro Moratilla el secretario general de la organización que agrupa a las estaciones de servicio. Entre el viernes pasado y ayer, la demanda de combustibles en las gasolineras ha sido de entre un 40% a 50% superior a la media. "Los paros indefinidos han provocado una psicosis y no hay logística capaz de aguantar", precisó Moratilla, que añadió que los problemas se agravan por las dificultades en la reposición de las naftas y la actuación de piquetes contra transportistas que trabajan.
Además de los bloqueos en las fronteras de Francia y Portugal, la situación comenzó a complicarse por el desabastecimiento de combustible que fue total en un 40% de estaciones de servicio en Barcelona y el 15% en Madrid.
El gobierno prometió hacer frente a esta situación disponiendo la custodia de caravanas de camiones cisterna de combustibles por fuerzas de policía y la Guardia Civil.
"A los consumidores no les va a faltar la electricidad ni la gasolina", anunció el Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien transmitió un mensaje de tranquilidad por los temores de desabastecimiento de productos alimenticios. También advirtió que el gobierno protegerá los convoyes de camiones que transportan combustible y a quienes quieren trabajar y están amenazados por los piquetes de huelguistas.
Éste era el panorama de la jornada de ayer, primer día de la huelga por tiempo indeterminado de un sector importante de los camioneros españoles que se unieron a las protestas de sus colegas portugueses y franceses por el alza imparable del precio del combustible, una consecuencia del aumento constante de la cotización internacional del petróleo.
El alza del petróleo ya provocó una ola de huelgas y protestas en varios países de Europa -en especial, Gran Bretaña, Francia y Portugal- en virtud del aumento de los precios internacionales del petróleo. Esa situación ha disparado los temores al desabastecimiento en un momento de alza de los precios de los alimentos. El valor del barril de crudo se duplicó en un año: la semana pasada llegó a costar casi 139 dólares.
En España, la situación se agravó ayer ya que también comenzaron a sentirse los efectos de la huelga de pescadores por tiempo indeterminado. Ambos sectores, pescadores y camioneros, exigen una tarifa mínima de gasoil y fuelloil para poder seguir trabajando. "Con estos precios estamos perdiendo dinero. Se está condenando a nuestras familias a una situación penosa y tenemos que reaccionar. Lo único que pedimos es poder seguir trabajando largas horas para sobrevivir", explicó Paco, un camionero andaluz.
Las consecuencias más visibles de la protesta se vieron en Cataluña, donde centenares de vehículos bloquearon la frontera, mientras del otro lado los trabajadores creaban situaciones de verdadero caos, sobre todo en Burdeos.
La protesta consistió en copar con centenares de vehículos las grandes vías de circunvalación de las ciudades y bloquearlas mediante la "marcha de tortuga". Los bloqueos son castigados en España por la justicia, por eso los camioneros eligieron avanzar a marcha lenta con sus vehículos con el consiguiente caos circulatorio, sin que las policías pudieran denunciar infracciones de tráfico.
El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha negado a disminuir los impuestos que gravan los combustibles y también a fijar un precio mínimo, como reclaman camioneros y pescadores. Ayer se hizo una primera reunión con los transportistas pero no se llegó a ningún acuerdo. El ejecutivo promete quince medidas de apoyo, pero los gremios y las patronales insisten en que estos paliativos no son suficientes. En el caso de los pescadores, la parálisis de las flotas de baja altura es total y todavía están en actividad las naves del 10% de la flota de altura que navega a toda máquina para llegar a puerto y unirse a la protesta.
Clarín
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