miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ministro Hans-Rudolph Merz tiene un ataque de Risa en parlamanto tras re...



Es broma, Hans-Rudolf Merz intentaba responder una pregunta sobre importación de carne.
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lunes, 27 de septiembre de 2010

El optimismo de Zapatero cuesta a los españoles 160.000 millones de euros




Por el momento, los errores de cálculo cometidos por el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero han costado a los contribuyentes que residen en España la friolera de 160.000 millones de euros, tomando como referencia las desviaciones presupuestarias registradas en 2008 y 2009.
El optimismo expresado por Zapatero respecto al impacto de la crisis en España arroja así una cifra próxima al 16% del PIB. Y es que, muy lejos quedan ya las previsiones de crecimiento económico y equilibrio presupuestario propias de los dos años previos.
Ejercicio 2008
En un primer momento, el Ministerio de Economía, por entonces bajo la dirección de Pedro Solbes, estimó que elPIB nacional crecería un 3,3% en 2008, apenas una décima menos que en 2007. Sin embargo, la llegada de la crisis a España, tal y como advirtieron la mayoría de analistas, convirtió en misión imposible el cumplimiento de tales previsiones, obligando al Gobierno recalcular una y otra vez a la baja sus propias estimaciones.
Primero, Economía revisó su previsión de crecimiento hasta el 3,1% del PIB en el Programa de Estabilidad y Crecimiento 2007-2010; posteriormente, la redujo hasta el 2,3% en el Informe de Posición Cíclica 2008; poco después, situó el avance del PIB en el 1,6%, según el escenario que acompañó a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2009; y, finalmente, lo redujo hasta el 1,2%, según en el Programa de Estabilidad 2008-2011 publicado a finales de 2008.
Aún así, El Gobierno falló pese a las reiteradas rectificaciones. El Instituto Nacional de Estadística (INE) sentenció un crecimiento del PIB de apenas el 0,9% interanual en 2008. Es decir, las previsiones económicas de Solbes se desviaron un total 2,4 puntos porcentuales del PIB, equivalentes a cerca de 25.000 millones de euros.
Este error se materializó de inmediato en las cuentas. Y es que, las previsiones macroeconómicas son un elemento clave de los PGE, ya que sirven de base para estimar tanto la evolución de ingresos (recaudación de impuestos) como de gastos y, por lo tanto, el correspondiente desequilibrio fiscal en cada ejercicio.
Así, tal y como publica el propio Ministerio de Economía, los PGE de 2008 fijaron como objetivo unsuperávit público del 1,15% del PIB, sin embargo, ese año las cuentas de las administraciones públicas (incluyendo CCAA y ayuntamientos) acabaron registrando un déficit del 3,99%. Es decir, unadesviación del 5,14% del PIB en el objetivo de estabilidad presupuestaria.
De este modo, el optimismo del Gobierno arrojó una factura próxima a los 56.000 millones de euros en 2008, como resultado de dicha desviación en los objetivos presupuestarios.
Ejercicio 2009
El error de cálculo fue mucho peor en los siguientes Presupuestos. Poco antes del verano de 2008, Solbes estimó que el PIB crecería un 2,3% en 2009. Pero ya en julio decidió rebajar esta previsión nada más y nada menos que 1,3 puntos porcentuales, hasta situarlo en el 1%, mientras que ya auguraba un déficit público del 0,34% del PIB (3.865 millones de euros). Solbes afirmó entonces que "las previsiones son siempre previsiones y mueren el mismo día que se publican".
Fiel a su afirmación, el ex ministro volvió a revisar tales sus cálculos en septiembre de este mismo año, durante la presentación de los PGE 2009. Solbes mantuvo intactas sus previsiones del crecimiento en el 1%, aunque aumentó la brecha fiscal hasta el 1,5% del PIB (17.100 millones de euros). Por desgracia, la calculadora volvió a fallar. Según el INE, la economía nacional decreció un 3,7% en 2009.
¿Problema? El conjunto de las administraciones públicas cerró el pasado año con un déficit histórico del 11,1%, según la última revisión anunciada por el Gobierno el pasado viernes. Así, el error de cálculo ascendió al 9,6% del PIB, casi 100.000 millones de euros.
Dicha cifra, sumada a la desviación presupuestaria de 2008, arroja una factura total cercana a los 156.000 millones de euros como resultado del optimismo presupuestario del Gobierno. Una cifra que tendrá que ser sufragada íntegramente por los contribuyentes que residen en España. Y es que, dicha brecha fiscal es cubierta mediante la emisión de deuda pública.
Así, tal y como avanzó LD, desde que empezó la crisis (2007), la deuda pública ha crecido por encima del 54% y acumula 210.000 millones más. Ese dinero, como todo el que gasta el Estado, tendrán que pagarlo los contribuyentes españoles con sus impuestos futuros. Les toca a 4.477 euros por persona o17.908 euros por familia de cuatro miembros. Es decir, que cada hogar español tiene una deuda extra de casi tres millones de las antiguas pesetas, cortesía de sus gobernantes.
Ejercicio 2010 y 2011
El problema es que la cifra amenaza con seguir aumentando en 2010 y 2011. El Gobierno estima ahora que el déficit público caerá hasta el 9,3% del PIB en 2010, con un decrecimiento del 0,3%, y el 6% en 2011, con un avance previsto del PIB del 1,3%, según los PGE del próximo ejercicio aprobados en Consejo de Ministros el pasado viernes.
La cuestión es que, por el momento, los datos de ejecución presupuestaria no arrojan el ajuste previsto en las cuentas públicas. De mantenerse esta tendencia, el déficit seguirá superando el 10% del PIB en 2010, un punto porcentual más de lo estimado (unos 10.000 millones de euros adicionales).
Además, las previsiones económicas para el próximo año son muy superiores a las realizadas por la mayoría de analistas: según el consenso de los economistas en 2011 la economía española solo crecerá un 0,4% y no el 1,3% que se prevé en los PGE-2011.
Tal y como explica Rafael Pampillón, profesor del Instituto de Empresa (IE), "estos errores de predicción harán que el déficit presupuestario sea ligeramente mayor del previsto: se prevé un déficit para el conjunto de las Administraciones Públicas del 6%, cuando el consenso de los economistas prevé el 7%". Es decir, otros 10.000 millones de euros adicionales. ¿Suma y sigue? Por el momento, el desfase ya se ha cobrado 160.000 millones.
M. Llamas

Félix Velasco - FVA Management Blog

viernes, 24 de septiembre de 2010

Se descubre el pastel

¿Se acuerdan ustedes de la fábula de la cigarra y la hormiga? No se preocupen, les refresco la memoria, sobre todo a los más jóvenes que sean víctimas de la ESO, es decir, de la Educación Socialista Obligatoria. El cuento explica la importancia del ahorro y los problemas que genera el despilfarro mediante dos personajes: una cigarra que se dedica a perder el tiempo durante todo el verano mientras que su vecina la hormiga acumula provisiones para el invierno.
Cuando llega el mal tiempo la cigarra no tiene comida y la hormiga sí, porque ha sido previsora y ha acumulado comida en la época de bonanza. Pues bien, esta fábula hay que actualizarla con un tercer personaje, el Zapatero,que acude en ayuda de la cigarra, entra en casa de la hormiga y le roba sus provisiones sin miramientos bajo la tesis socialista de lo tuyo es mío y lo mío es mío.
El denominado "impuesto a los ricos" es sólo una cortina de humo del Gobierno para esconder su verdadero objetivo: el ahorro que a tantas familias les ha costado acumular en los últimos años con el trabajo diario. Una vez que ha esquilmado la caja pública, gastándose todo el dinero recaudado mediante los impuestos, ahora prepara una ofensiva fiscal que elevará la tributación de las rentas del ahorro. No se crean que esto supone castigar a las grandes fortunas, ya que clavará las pequeñas plusvalías de los hogares.
Es la noticia de portada del diario Expansión: "Zapatero prepara otro castigo fiscal al ahorro". Entre las propuestas que estudia Salgado, gana fuerza la de elevar los dos tramos actuales para las rentas del capital. De un lado,subir del 19% actual al 22% la tributación para rendimientos del ahorro inferiores a los 6.000 eurosanuales. Y, por otro, elevar del 21% a cerca del 24% el de plusvalías superiores a este importe. Tres puntos en los dos casos.
Y al Ejecutivo se le ve el plumero, porque los instrumentos de inversión preferido por las grandes fortunas, las SICAV, seguirán tributando a un irrisorio 1%. El diario cuenta que los técnicos de Hacienda han elaborado un informe en el que plantean que el porcentaje suba al 5%, pero "esta propuesta de los asesores no convence a la propia Salgado". ¡Viva el socialismo!
Por si todo esto fuera poco, el Fisco también prepara un paquete de fiscalidad verde, una vez aprobada su Ley de Economía Sostenible, gracias al apoyo inestimable del PNV, un partido nacionalista que defiende la salida de la comunidad autónoma vasca de España y que fue fundado por un racista impresentable. Como ya les avancé hace más de un año, la nueva norma servirá al Ejecutivo para retomar su ofensiva fiscal bajo la etiqueta "ecológica" y esquilmará aún más las cuentas corrientes de las familias y empresas.
El diario El Economista advierte hoy que "Salgado estudia subir los impuestos especiales y el céntimo verde". En concreto, el alza puede afectar a tres de ellos: el que grava el alcohol y bebidas derivadas, el de la cerveza y el vino, así como el de las labores del tabaco. Además del mayor gravamen a loshidrocarburos, es decir, a los combustibles.
"En Hacienda son partidarios de esta subida, la segunda en materia tributaria que pueden incluir los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene junto con el nuevo tipo en el Impuesto sobre la Renta para las rentas más altas. El aumento de estos tres impuestos especiales ayudaría, y en mayor medida que el alza del IRPF, a dar un empujón a la recaudación tributaria", explica el periódico.
Fíjense si la cuestión fiscal es importante que hasta en el económico de Prisa, Cinco Días, hablan de ello en su portada. Eso sí, siguiendo la propaganda del Gobierno. El periódico destaca que "Salgado baraja dos tramos del IRPF, por encima del 43%". La idea de la vicepresidenta es que "para aquellos que ganen más de 120.000 o 130.000 euros, el Ejecutivo elevará el tipo marginal máximo del 43% al 44%. Porcentaje que subiría al 45% para tramos de renta superiores".
Sin embargo, los contribuyentes catalanes, baleares, andaluces, extremeños y asturianos tributarán a un tipo mayor, ya que los gobiernos regionales de estas comunidades ya han anunciado subidas del IRPF en sus tramos autonómicos. El tipo más alto lo aplicará Cataluña, con un 49%, según revela el diario salmón.
Lorenzo Ramírez
Félix Velasco - FVA Management Blog

El impuesto de los ricos


Al fin, parece que el Gobierno se ha decidido a recuperar un clásico de la demagogia populista de cualquier tiempo y lugar: la gabela punitiva contra los ricachones. Mera pirotecnia tributaria, huelga decir. Puro fuego de artificio fiscal sin capacidad recaudatoria efectiva. Apenas simple carnaza retórica al exclusivo servicio del resentimiento social. Aunque por ello mismo, un recurso siempre eficaz en tiempos de zozobra. Al punto de que ni siquiera Franco, el espejo donde ahora se mira Zapatero, sería capaz de huir a sus dulces encantos propagandísticos.
Y es que, una vez desnudo de la charlatanería solidaria de rigor, no otra cosa ha de ser ese nuevo recargo, el que va a gravar a "los más pudientes", en cursi eufemismo tan marca de la casa. Un sucedáneo socialdemócrata, pues, del difunto impuesto de lujo. Recuérdese, aquel peaje a la revolución pendiente que estaban llamados a costear con unas pesetillas cuantos quisieran mercar un yate o un Mercedes en la España del desarrollismo. Al igual que su epígono zapateril, un gesto hacia la galería completamente inane a efectos hacendísticos. Algo muy coherente, por lo demás, con la nueva doctrina impositiva del PSOE, ahora inspirada en una lectura insólita de San Pablo. Al cabo, si el de Tarso sentenció: "El que no trabaje, que no coma", Zapatero, más sensible a los reclamos de la clase ociosa, ordenaría en 2007: "El que viva de rentas, que no pague el IRPF".
De ahí la dualidad moral que rige en el impuesto; a saber, el trabajo, esa maldición divina, se castiga con una escala progresiva susceptible de reptar hasta el 43 por cierto. Sin embargo, las rentas del capital, ingresos limpios de mácula metafísica, resultan premiadas con un tipo del veintiuno. Toda una lección de progresismo en versión Dolce & Gabbana. Curioso viaje de vuelta al Antiguo Régimen con parada y fonda en el despotismo iletrado de Fernando VII. Los en verdad ricos, al modo de la nobleza y el alto clero de entonces, tornan a estar exentos de contribuir merced a la muy graciosa bula de las Sicav; las manos muertas, rentistas y afines, apenas corren con el preceptivo diezmo, y gracias; el tercer estado, en fin, carga con el peso todo del erario. Otra vez. Curioso viaje, sí, a ninguna parte. Y encima con recochineo peronista.
José García Domínguez
Félix Velasco - FVA Management Blog

Zapatero salda sus 5 viajes al exterior con 15 disparates económicos

El road show (gira) que ha protagonizado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para vender la fortaleza y solvencia de España en el exterior ha dejado perlas de gran calibre en materia económica. Titulares de los que se han hecho eco la mayoría de medios de comunicación, tanto dentro como fuera del país, pero no tanto por su relevancia o significado sino más bien por la ignorancia que denotan tales frases.
En las últimas semanas, Zapatero ha viajado, por este orden, a Shanghai, Pekín, Tokio, Oslo y Nueva York para participar en diversos foros internacionales y reuniones con grandes inversores en el mercado de deuda pública, tanto privados como públicos (gobiernos). El objetivo del presidente ha consistido en tratar de vender a estos agentes las bondades de las aún escasas reformas emprendidas para mejorar la solvencia de España.
Sin embargo, más allá de haber logrado convencer a sus interlocutores, si algo ha destacado en la gira del presidente ha sido, sin duda, algunas de sus afirmaciones sobre la coyuntura económica y propuestas acerca de cómo prevenir crisis futuras. Mensajes que, por cierto, tan sólo parece compartir con sus asesores más cercanos, ya que los analistas y estudios internacionales desmontan uno por uno cada uno de dichos titulares.
A continuación, una breve recopilación de las citadas perlas enunciadas por Zapatero en sus últimos viajes al exterior, ordenadas desde la más reciente al primer gran titular ofrecido en su visita a la Expo Universal de Shanghai (China). Curiosamente, el número de titulares, más que cuestionables, ha aumentado conforme avanzaba la gira exterior del presidente.
Nueva York (EEUU):
1. En una entrevista emitida el miércoles por la cadena de televisión estadounidense CNBC, Zapatero afirmó que "el precio de la vivienda [en España] ha tocado fondo y ya no va a bajar más".
"De hecho, en los dos o tres últimos meses, se ha visto que el nivel (de precios) no sólo no ha caído, sino que en ciertas zonas de España, donde la gente compra su primera vivienda, los precios están subiendo".
"En general, los precios se han estabilizado e, incluso, han crecido. La demanda parece estar en aumento", explicó el mandatario durante su visita a Nueva York para participar en la cumbre de revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de Naciones Unidas, entre otras reuniones.
2. En esa misma entrevista descartó una nueva recesión en España. "No se van a dar más trimestres de caída, sino que el crecimiento va a seguir mejorando, lo que ayudará a aumentar la confianza en la economía española, que es algo que necesitamos".
3. Zapatero también señaló que se están cumpliendo sus planes para reducir el déficit al 6% del PIB el año próximo y al 3% en el 2013.
4. En una entrevista para el diario Wall Street Journal (WSJ), Zapatero sentenció que la crisis de la deuda pública en España y en la Unión Europea (UE) ya está superada. Se trata de una de las afirmaciones más controvertidas realizadas en EEUU.
5. En la ONU propuso implantar una tasa voluntaria sobre los billetes aéreos para recaudar fondos para el desarrollo, una iniciativa ya implantada en países como Francia.
6. También abogó por instaurar una tasa sobre las transacciones financieras internacionales para luchar contra el hambre y la miseria.
Oslo (Noruega):
7. Los parados en formación no son parados.
8. España creará empleo a finales de año.
9. La reforma laboral será "positiva".
10. El déficit exterior cae a la mitad.
11. La deuda de las familias se reduce.
Tokio (Japón):
12. España y Japón son "dos historias de éxito".
13. "España ni ha pedido, ni ha necesitado, ni necesita asistencia ni de la UE o del FMI".
Pekín (China):
14. "Ojalá juguemos a economía igual de bien que al fútbol".
Shanghai (China):
15. "El tamaño del futuro de España es el de Miguelín", en referencia al bebé de 6,5 metros de altura  que preside el pabellón español, creado por Isabel Coixet.
Tan sólo el tiempo demostrará el acierto o no de tales mensajes pero, hoy por hoy, han llamado la atención de los medios por su originalidad.
M. Llamas
Félix Velasco - FVA Management Blog

jueves, 16 de septiembre de 2010

El banco de los pobres

Muhammad Yunus.jpg
¿Cómo funciona el Banco Grameen? ¿Por qué es diferente a todos los demás bancos? Primero quiero dejar claro que no soy banquero, no he sido formado como banquero ni pensé jamás convertirme en banquero. Por tanto, en lo que me vi involucrado fue en algo más o menos accidental, obligado por las circunstancias. Bangladesh se independizó en 1971. Nos ilusionó muchísimo. Finalmente habíamos salido de un tipo de relación que no funcionaba con Paquistán. Por fin podíamos tomar nuestras propias decisiones políticas, podíamos diseñar nuestra sociedad a nuestro gusto y convertirnos en la nación de nuestros sueños. Pero, como pasa con todos los sueños, especialmente con los sueños de las naciones recientemente independientes, se pueden convertir en pesadillas. No siempre se dirigen en la dirección esperada. Esto mismo pasó en los primeros años de Bangladesh. En lugar de mejorar nuestra situación económica, cundió la hambruna en el país. Muchas personas murieron de hambre.
En esa época yo daba clases en una de las universidades de Bangladesh. No sienta bien, no es agradable enseñar economía en el aula, explicarle a los alumnos las elegantes teorías y cómo pueden resolver todos los problemas económicos, para salir y no ver más que hambre y muerte. Uno se pregunta para qué valen las teorías económicas de libro de texto si no son útiles para las personas que están muriéndose o a punto de morir, y no por alguna enfermedad en particular: se mueren porque simplemente no tienen un poco de comida. Por tanto, me sentí muy inquieto, como muchos otros en Bangladesh que se sentían descontentos y desencantados con la forma en que iban las cosas alrededor de nosotros. Y pensé que no tenía sentido y que era totalmente inmoral enseñar aquellas teorías que no significaban nada. Sentí que quizás podía hacer algo: podía ser sencillamente un ser humano y ser útil a otro ser humano. No se necesita un certificado para ser útil a otro ser humano, y no se tiene que leer libros de texto para hacerlo. Una relación de humanidad es suficiente para ello.
Hice exactamente eso: fui por los pueblos buscando una oportunidad para ser útil. A lo mejor no era mucho, pero me iba a sentir mejor si hacía algo aunque fuese para una sola persona. Vi muchas cosas pequeñas, cosas que antes ignoraba. Mis libros de economía nunca mencionaron todo eso que tenía que ver con la realidad de la vida de los pobres, de las personas en Bangladesh. La universidad estaba tan sólo a unos pasos de aquel pueblo, pero casi nadie sabía cómo se desarrollaba la vida en ese lugar.
Vi cómo sufría la gente por no tener una cantidad pequeñísima de dinero. Tenían que pedir prestado el dinero a prestamistas, a usureros. Y los usureros se aprovechaban y convertían a estas personas prácticamente en esclavos, porque literalmente trabajaban para ellos. Lo poco que ganaban se lo quedaban los usureros y tenían muy poco para sí mismos. Así pues, tuve una idea. Si les podía proporcionar este poquito de dinero, probablemente las cosas iban a serles más fáciles. Por tanto, hice una lista de personas que necesitaban esta pequeña cantidad de dinero. Cuando la terminé, la lista contenía 42 nombres. La cantidad total de lo que necesitaban era veintisiete dólares. Fue impresionante para mí, porque como profesor de economía enseñaba sobre los planes nacionales de desarrollo de un país, cómo se elaboraba el plan quinquenal, cómo los planes quinquenales cambiaban la calidad de vida de los pobres en Bangladesh. Allí hablamos de millones de dólares, de miles de millones de dólares de inversión. Nunca hablamos sobre menos de un dólar por persona para sus necesidades. Realmente era una gran sorpresa. No sabía qué respuesta podía dar en una situación como ésa. De todas formas, di los veintisiete dólares a esas 42 personas y les dije que devolvieran el dinero que debían a los usureros. Les dije que, utilizando ese dinero, podían seguir con su trabajo y guardar todo el dinero que generaran. Les dije que podían devolverme el dinero cuando estuvieran en condiciones de hacerlo. Pero la ilusión que se generó en esas 42 personas fue lo que me llevó a involucrarme en todo esto. ¡Estaban tan contentos! Para ellos parecía un milagro que alguien realmente les diera dinero sin las condiciones de los usureros. Y se me ocurrió la idea de que, si puedes hacer tan feliz a tanta gente con una cantidad tan pequeña de dinero, ¿por qué no hacer más de lo mismo?
Estaba planteando la forma de hacerlo cuando se me vino a la cabeza que, en lugar de hacerlo yo con mi dinero, debía intentar encontrar alguna solución institucional para que continuara con el proyecto aun cuando yo no lo pudiera atender. Las personas habrían establecido su derecho, por lo que podrían recibir el dinero cuando lo necesitaran. Así que acudí al banco. Se trataba del banco que estaba situado en el mismo campus donde daba clases.
Cuando propuse al director del banco que debía dar préstamos a los pobres del pueblo donde vivíamos todos, casi se cayó de la silla. No podía creer siquiera lo que le había propuesto. Dijo: “Es imposible, no se puede hacer”. “¿Qué tiene de imposible? Es una cantidad tan pequeña de dinero la que tendrá que dar que no les hará daño a ustedes”, contesté. “No es cuestión de hacernos daño. El dinero no es lo importante. No es la cantidad. Es sólo que, por principio, no puedo dar el dinero a los pobres”, me dijo. “Eso es muy curioso, porque se supone que se presta dinero a personas que lo necesitan, y ellos son los que lo necesitan”, repliqué. Me dijo: “No, aunque lo necesiten, no pueden conseguir un préstamo bancario porque no son solventes”. Tuvimos una gran discusión sobre quién merece recibir un crédito y quién no, pero se mantuvo en su postura de que un banco no puede prestar dinero a la gente pobre porque no tienen solvencia. Ésa fue la lección más importante para mí. Fue mi primera lección de banca, y se me ha quedado.
He estado luchando con esto durante los últimos veintiséis años, y probablemente seguiré intentando convencer al mundo de que los pobres merecen recibir un préstamo tanto como cualquier otra persona en el mundo. Los pobres son, en muchos casos, más merecedores de un préstamo que los ricos, especialmente en Bangladesh, donde los ricos que piden préstamos de los bancos no los devuelven y se salen con la suya: nadie puede tocarlos porque son personas poderosas.
De todas formas mantuve mi postura de que algún banco debía al menos intentar dar dinero a los pobres en el pueblo. No encontré ninguna forma de hacerlo, todo el mundo decía lo mismo. Finalmente, se me ocurrió una idea que funcionó. “Me ofrezco como aval. Firmaré todos sus papeles, darán el dinero a las personas que yo identifique y asumiré el riesgo. Así, todas sus reglas están aseguradas y me pueden dar el dinero”, propuse. Sonaba muy razonable, pero los bancos tardaron tres o cuatro meses en decidirse. Hizo falta que escribiera muchas cartas, con planes de cómo iba a hacerlo y cómo el banco iba a responder.
Finalmente, en 1976, después de acordarlo todo, di el primer préstamo a la gente a través del banco. El director me advirtió que el dinero nunca iba a volver, porque había cometido un error al dar dinero a los pobres. Le dije que asumiría el riesgo, que no tenía idea de si el dinero volvería, pero que creía que era legítimo hacerlo. Y lo hice. Afortunadamente para mí, se devolvió cada centavo. No tuve ningún problema. Y me encantó que fuera tan fácil porque todo el mundo me estaba metiendo miedo de que la cosa no iba a funcionar.
Cuando le dije al director de la Facultad que el préstamo había funcionado, éste replicó: “Bien, puede que haya funcionado en un pueblo, porque es pequeño y vas detrás de todo el mundo para que te lo paguen, pero si lo haces en dos pueblos no te lo devolverán”. Lo probé en dos pueblos, uno al lado del otro. Y funcionó. No le impresionó en lo más mínimo. “Quizá lo debes hacer en cinco pueblos”, dijo. Así que fui y lo hice en cinco pueblos, para convencerlo de que también funcionaba. Funcionó, pero tampoco quedó convencido. Cada vez que me parecía que el banco iba a aceptar ya el hecho de que los pobres merecían recibir préstamos porque me habían devuelto el dinero sin ningún problema, seguía aumentando el número de deudores que aceptaba. Y cada vez decía el director del banco que no, que tenía que experimentarse con otro número de pueblos.
Llegó el momento en que me pregunté ¿por qué intento convencerlo a él?, ¿por qué se habían vuelto tan importantes sus decisiones para mí? Al principio no tuve idea de si iba a funcionar o no, pero después de realizarlo unas cuantas veces, en muchos pueblos, me convencí de que lo que veía era lo correcto, de que lo que estaba comprobando era la realidad. Lo que él decía era algo totalmente fabricado, una completa mentira, una postura sin fundamento. ¿Por qué no crear mi propio banco, un banco que trabajara para los pobres? Así que me centré en eso, en averiguar cómo establecer un banco para los pobres.
Presenté mi propuesta al Ministerio de Hacienda de Bangladesh y no los convenció, porque pensaban que iba a crear más problemas para ellos. Me explicaron que ya tenían muchos bancos y que todos creaban problemas, porque daban dinero a los ricos que nunca se ocupaban de devolverlo, por tanto, ¿por qué establecer un banco para crear más problemas? Les dije que no pedíamos dinero, por lo que no debían de preocuparse: sólo queríamos su autorización. De todas formas, ésta tardó otros dos años.
Finalmente, nos convertimos en un banco, el Banco Grameen, en 1983, y empezamos a trabajar poco a poco para ampliarnos. Aprendimos muchas cosas, cosas que se dicen de una manera, se creen de una manera, pero la realidad de la situación nos enseña una historia completamente distinta. La primera se nos presentó con mucha claridad. Me enzarcé en una especie de batalla con los bancos existentes, los bancos convencionales, no sólo sobre la cuestión de prestar dinero a los pobres, sino particularmente a las mujeres, sin tomar en consideración si eran ricas o pobres. Mi alegato contra los bancos era que no sólo negaban préstamos a los pobres, sino que los negaban también a las mujeres. Di ejemplos de las estadísticas del sistema bancario de Bangladesh: de todos los prestatarios de todos los bancos, ni siquiera el uno por ciento resultaban ser mujeres. Algo no estaba bien en su sistema, que no podía satisfacer las necesidades de las mujeres. Argumentaban que no era verdad, que intentaban dar préstamos a las mujeres, pero que ellas no venían a pedirlos. Di ejemplos de sus reglas, según las cuales, si una mujer quiere pedir un préstamo, si acude al director con su proyecto, el director siempre le pregunta: “¿Lo ha consultado con su marido?” Si ella dice que sí, luego el director le pregunta: “¿Apoya él su proyecto?” Si le dice que sí, entonces el director responde: “Pues, ¿por qué no trae a su marido el lunes y podemos hablar del proyecto?” Pregunté: “¿Por qué el mismo director, cuando acude un hombre al banco con su propuesta, no le plantea una pregunta similar: ‘Lo ha tratado con su mujer?, ¿apoya ella su proyecto?’ Y finalmente, ‘¿por qué no trae a su mujer el lunes y hablamos del proyecto?’” Algo estaba mal en todo eso: era asimétrico. Se mantenía a las mujeres fuera del sistema. No pasó nada, no hicieron nada al respecto.
Cuando empecé mi trabajo quise asegurarme absolutamente de que la mitad de los prestatarios fueran mujeres. Se trataba de una decisión a propósito del debate que mantenía con los bancos en ese momento. Tomar la decisión fue mucho más fácil que ponerla en práctica.
Me enteré de esto de la forma más difícil, porque cuando acudí a las mujeres pobres en los pueblos de Bangladesh para convencerlas de que recibieran préstamos de nosotros, nos miraban con incredulidad: “¿Qué es lo que nos quiere dar?” Pensaban que estábamos intentando meterlas en algún lío, literalmente huían de nosotros. Una explicación que oía con frecuencia era que no sabían qué hacer con el dinero, ¿por qué iban a aceptarlo? “No quiero meterme en líos. Nunca he tocado dinero en mi vida, esto crearía un montón de problemas para mí”. Otro argumento frecuente era: “Mi madre me dijo cuando murió que nunca debía pedir prestado nada a nadie”.
Escuchamos eso y pensamos que debíamos hacer frente a estas posturas, por lo que ideamos una respuesta a la segunda explicación. “Sí, su madre era una persona muy sabia. Le dio los consejos correctos. Lo mejor que podía hacer era aconsejarle que no pidiera prestado nada de nadie, porque cuando murió su madre no existía el Banco Grameen. La única manera en que podía obtener dinero era a partir de los usureros, y si pide un préstamo a un usurero, su vida ha terminado. Es la esclavitud. Así que le dio un buen consejo. Pero puede usted estar segura de que si estuviera viva hoy, le aconsejaría enérgicamente que se uniera al Banco Grameen, porque sabría que es muy diferente de los usureros”. Luego le dábamos la explicación de lo que era el Banco Grameen y de lo que eran los usureros. Y seguimos desde allí. Eso las hacía pensar, en lugar de descartarnos totalmente de entrada.
De todas formas, tardamos seis años en llegar finalmente a un nivel en que el número de los prestatarios hombres y mujeres se equilibrara. Nos ilusionamos muchísimo. Finalmente lo habíamos logrado. Después empezamos a notar algo extraordinario: el dinero que llegaba a la familia a través de las mujeres se traducía en muchísimo más beneficio para la familia que la misma cantidad de dinero llegada a la familia a través de los hombres, en todos los casos.
En primer lugar, si la madre era la prestataria, invariablemente el beneficio del préstamo iba directamente a los hijos. Nunca se veía nada distinto. El impacto de los ingresos de la madre en los hijos y las hijas de la familia es muy visible. Otra cosa que se nota es que ella maneja el dinero que recibe del banco con muchísima precaución y cuidado. Eso viene de la propia experiencia que tiene como mujer en una familia pobre: desarrolla la habilidad de gestionar recursos escasos en la familia. A ella siempre se le da una cantidad muy pequeña, pero las exigencias que tiene que satisfacer con esa cantidad tan pequeña son enormes, así que tiene que estirar todo con mucho cuidado para que pueda satisfacer tantas demandas de la familia como sea posible. Así pues, cuando recibe el dinero aporta esa habilidad especial que ya tiene. Y tiene una visión a más largo plazo, e intenta salir de la situación de pobreza en que se encuentra de una manera muy sistemática. Trata de seguir los principios muy estrictamente para que nunca pierda ningún beneficio del préstamo que ha recibido. Así que, viendo este panorama, cambiamos nuestro planteamiento completamente. En lugar de ser equitativos, manteniendo a los hombres y a las mujeres en un nivel de igualdad, fuimos un poco audaces: desde ese momento en adelante íbamos a centrarnos sólo en las mujeres.
A la gente no le gustó, pero seguimos adelante y lo pusimos en práctica de forma sistemática. Esto frenó nuestro trabajo, porque encontrar mujeres para unirse al Banco Grameen fue un proceso muy lento. Hoy, el 95 por ciento de nuestros prestatarios son mujeres, y muchas de las cosas positivas que han ocurrido con el Banco Grameen se deben a ellas. Lo han hecho tal como es. Y estamos muy orgullosos de que han cambiado sus vidas, las vidas de sus familias y todo lo que tienen alrededor. Cuando vemos a una mujer pobre recibiendo un préstamo solemos preguntarnos qué hace con ese dinero si no tiene ninguna formación. Básicamente son mujeres analfabetas, ¿cómo pueden gestionar un negocio?
Cuando una mujer se entera de que su vecina se ha unido al Banco Grameen y se ha comprado una vaca y está criando la vaca, vendiendo la leche y ganando dinero, su mente se pone en marcha. Hemos funcionado a través del ejemplo: la idea de echar a andar un negocio la asusta, pero cuando se le presenta de forma concreta todo le parece más sencillo. Hoy día hay una gran variedad de actividades en las que están implicadas las mujeres en el Banco Grameen, y en ese camino han superado la pobreza.
El Banco Grameen es la institución más estudiada –el proyecto de investigación más grande– del mundo. Todos tienen curiosidad sobre lo que hacemos y quieren enterarse. Piensan que sólo estamos lanzando grandes afirmaciones, que no pueden ser verdad. ¿Cómo pueden los pobres cambiar sus vidas sólo con préstamos? Creen que debe de haber algo más, que exageramos u ocultamos información. Así pues, vienen y nos estudian. Algunos son estudios muy rápidos, otros son continuos y duran varios meses o un año, pero el resultado de todos es muy satisfactorio para nosotros, porque todos los investigadores hallan que la renta de los prestatarios aumenta de forma continua, y que los niños de estas familias están avanzando en muchos aspectos, especialmente en términos de nutrición.
La nutrición en las familias del Banco Grameen es mucho más alta que en las otras familias. Se ha demostrado una y otra vez. La mortalidad infantil es muy alta en Bangladesh, pero los estudios demuestran que se ha reducido en un 37 por ciento a lo largo de un periodo de diez años. No somos un programa de salud, ni un programa dedicado a la infancia, pero se crea algo en el sistema que ha hecho reducirse la mortalidad infantil sistemáticamente.
Las condiciones de la vivienda en familias del Banco Grameen también son mucho mejores que las condiciones en otras familias, porque el banco también ofrece préstamos para la vivienda. Cuando quisimos ofrecer este tipo de préstamos, todo el mundo decía: “Están locos. Dar préstamos para comprar una vaca es suficiente, pero si dan préstamos para la vivienda será un desastre. Una vaca da leche y se paga el préstamo vendiendo la leche, pero una casa no da leche. ¿Cómo se va a pagar el préstamo para la vivienda?” Insistí en que la forma en que vive la gente pobre –techos con goteras, suelos de lodo– perjudica la productividad. Si tuvieran un buen techo y un suelo seco, las mismas personas podrían trabajar más y cambiar sus vidas. Introduje el préstamo para la vivienda en 1984 y tuvo una gran acogida por parte de la gente.
Cuando hablo de préstamos para la vivienda no hablo de grandes cifras sino de cantidades muy pequeñas. Cuando empezamos, estos préstamos sólo eran de cien dólares y paulatinamente han ido aumentando hasta seiscientos dólares: una enorme cantidad de dinero para ellos, con la que construyen casas bonitas. Se sorprenderían ustedes de cómo esta cantidad de dinero puede dar lugar a una casa tan bonita, con un techo de estaño, cuatro pilares de hormigón, una letrina y un acceso al agua potable. Todo eso sale de los préstamos para la vivienda de entre trescientos y seiscientos dólares.
Hasta ahora hemos concedido más de medio millón de préstamos para la vivienda y no tenemos ningún problema. Es un préstamo a diez años, y lo pagan en plazos semanales. Las casas terminadas son para ellos unas estructuras increíbles, porque la forma en que vivían antes sólo era apta para los animales. La dignidad que eso les aporta es importante. Trabajan mucho para asegurarse de nunca saltar ninguno de los plazos de pago, para que puedan convertirse en propietarias de propio derecho de la casa que han creado.
Muchas personas siguen visitándonos. Muchos preguntan por qué no hacerlo en sus propios países, por lo que el microfinanciamiento ha empezado a extenderse. Existen actualmente casi cien países en los que hay programas de tipo Grameen, con los mismos resultados. Una vez más, me planteo la pregunta: ¿Es legítimo decir que los pobres no son aptos para recibir préstamos, después de haberlo demostrado una y otra vez, año tras año, mostrando con qué diligencia pagan su crédito y al mismo tiempo cambian sus vidas? ¿Puede decirse que los pobres no son solventes? Para mí es muy razonable decir que la verdadera pregunta que debe plantearse no es si los pobres merecen la confianza de los bancos, sino si los bancos merecen la confianza del pueblo.
Hemos creado una estructura de instituciones financieras a la que la mitad de la población del mundo no tiene acceso. Todas las instituciones financieras que hemos creado alrededor de nosotros sólo tratan con la mitad más alta de la población del mundo. La mitad más baja no tiene ningún acceso a todo eso. Probablemente ellos no saben lo que pierden, porque nacen en esta situación, no saben lo que es contar con servicios financieros de todo tipo.
Supongamos que todos nos despertáramos mañana y nos enteráramos de que todos los bancos, todas las instituciones financieras, han dejado de funcionar de repente. ¿Cuál sería nuestra sensación? ¿Cómo seguiríamos con nuestras vidas? Nuestras tarjetas de crédito no funcionan, los cheques no funcionan, los bancos no funcionan. Nada que tenga que ver con el sistema financiero funciona, ni la bolsa ni los fondos de inversión. ¿Cómo sería la vida? Sería como la de toda esa mitad de los habitantes del planeta que no tienen nada de esto.
Ahora, imagínense otro escenario. Supongamos que las personas que ahora rechaza el sistema bancario se despierten mañana y se enteren de que de repente cuentan con todo tipo de servicios financieros: tarjetas de crédito, chequeras, cuentas bancarias, bolsa. Su economía estaría en auge, vibrante, su actividad saldría a chorros. Y ya no serían pobres, porque las personas tienen su propia capacidad para cambiar sus vidas. Cada ser humano está dotado con una enorme capacidad, un enorme potencial, pero la sociedad no permite que ésta salga. Utilizo el ejemplo de un árbol bonsái. Es un árbol grande, pero al ponerlo en una pequeña maceta, sólo se convierte en un árbol pequeño. No crece más porque no tiene el apoyo para crecer. Las semillas son las mismas, pero debido a que el apoyo es muy pequeño, no crece. Los pobres son iguales que cualquier otro ser humano, con toda la capacidad que tiene cualquier otra persona, pero no tienen el apoyo de la sociedad. Por tanto, son pequeños. Y los miramos como negligentes: “Mira, no han crecido, son pequeños.” No nos sentimos responsables.
La pobreza no es obra de los pobres, sino del sistema que hemos creado alrededor de ellos. Tenemos que volver al principio y enterarnos de cuáles son las instituciones que los rechazan: ésa es la parte importante.
Hemos declarado el objetivo de desarrollo del milenio, y el mundo entero ha participado. Todos los líderes mundiales, todas las naciones, han firmado para reducir el número de pobres en el mundo a la mitad para el año 2015. No hay ninguna polémica, todo el mundo está de acuerdo, existe un consenso global. Pero, después de firmar el documento, ¿qué hacemos para lograrlo? Ésa es la pregunta que nos tenemos que plantear. ¿Qué estamos haciendo al respecto? Ya han pasado dos años y quedan trece, ¿vamos a llegar al 2015 y simplemente olvidarlo sin más, tal como hicimos –recordarán– en las décadas de los ochenta y los noventa? Educación para todos para el año 2000. Salud para todos para el año 2000. Muchas cosas para todos para el año 2000. Y el 2000 llegó y se fue. Ni siquiera nos molestamos en averiguar lo que habíamos logrado. Todo cayó en el olvido.
Espero que el 2015 no llegue y se marche de esta manera. Tenemos que tener mucho cuidado, trabajar mucho, para asegurar que este compromiso mundial se mantenga. Al intentar conseguirlo estoy seguro de que prestaremos mucha atención al microcrédito, porque es un instrumento que cambiará las vidas de los pobres radicalmente. Otro aspecto será la tecnología de la información. Si se logra llevar la tecnología de la información a los pobres, junto con el microcrédito, ambos serán herramientas muy potentes para ayudarlos a salir de la pobreza con su propia iniciativa, no la de otros. Sólo hay que llevarles los medios, y luego ellos cambiarán su propio mundo.
Ésta es la historia que quería compartir con ustedes. Espero que reflexionen sobre por qué no prestamos dinero a los pobres, por qué no les llevamos todas las demás facilidades que disfrutamos nosotros mismos.
Muhammad Yunus
Félix Velasco - FVA Management Blog

miércoles, 15 de septiembre de 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

España concentra ya el 60% de parados de la Eurozona


Después de la aprobación del texto definitivo de la reforma laboral, comienza una nueva etapa en el mercado de trabajo español, consumido por la hemorragia del desempleo y atrapado en una rígida estructura que le impide hacer frente a nuevas necesidades de producción. Aún es pronto para anticipar resultados, pero políticos y representantes sindicales se han apresurado a lanzar cábalas: los más optimistas, abanderados por el Gobierno, confían en la creación de más de dos millones de contratos indefinidos. En el extremo opuesto, se encuentran los que vaticinan una tasa de desempleo estructural cercana al 20%.
A día de hoy, la única certeza es que los zarpazos de la crisis han convertido a nuestro país en el solar laboral de las economías avanzadas. Ningún país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha perdido tanto en los dos últimos años ni se verá obligado a acometer un programa tan ambicioso de reformas en materia de empleo. Unos cuantos datos extraídos del informe anual de esta organización bastan para comprender la magnitud de la crisis y el trabajo que aún queda por hacer.
Cifras demoledoras
Desde el mes de diciembre de 2007 hasta la fecha, el número de desempleados en el conjunto de la OCDE fue de cerca de 17 millones de personas. De éstas, cuatro millones pertenecían a la zona euro y 2,5 millones a España. Es decir, de cada diez nuevos desempleados en la Eurozona, seis eran españoles.
El hecho de que la población ocupada se haya desplomado en nuestro país a velocidad de vértigo no resulta una novedad. España, tradicionalmente, destruye empleo con mayor intensidad que el resto de economías en épocas de recesión. Como demuestra el informe, el aumento de la tasa de paro desde el estallido de la crisis ha sido de un 10,3 puntos porcentuales, un margen muy superior a la media de la OCDE (2,9 puntos). En cifras absolutas, se han perdido más de dos millones de puestos trabajo en España (2,42), tan sólo por debajo de EE.UU. (7,98 millones). El problema, según la OCDE, se encuentra en la propia estructura del mercado laboral español y sus anquilosados cauces de funcionamiento. «La distinta evolución de la tasa de paro en la OCDE y en España pone en evidencia que las instituciones del mercado de trabajo español agravaron el impacto de la crisis económica sobre el nivel de empleo», concluye la institución, que duda de que, a corto plazo, la situación mejore. «La brecha estimada entre el empleo previsto para 2011 y el nivel registrado antes de la crisis alcanzaría el 10,7% el próximo año, una de las más elevadas de la zona euro», sólo superada por Irlanda, que con un 19,8% desbancaría a España del primer puesto.
La rigidez se refleja en el descenso del empleo temporal. Al no existir «mecanismos de ajuste de salario al ciclo económico» las empresas han optado por romper las relaciones contractuales, en vez de adoptar fórmulas flexibles de contratación. Mientras que los empleados indefinidos se han recortado en un 1,1%, cerca de la media del resto de países avanzados (0,6%), los eventuales se han reducido en un 19,8%. Una tendencia que se ha cebado con la población más expuesta a la precariedad laboral.
La población de entre 15-24 años de los países desarrollados «han concentrado la mayor parte de la reducción del nivel de empleo, con una variación del 8,4% en la OCDE y del 21,1% en España» hasta alcanzar una tasa de paro juvenil superior a un 40%, «la más alta de la Unión Europea», subraya la organización internacional. De nada ha servido que la actual sea la generación más preparada de la historia de nuestro país.
A diferencia de lo que sucedió con la media de los países miembros, en los que el segmento de los empleados con «alta cualificación» fue el único que vio aumentar, moderadamente, sus oportunidades de trabajo, en España los trabajadores mejor formados no han podido escapar del cerco laboral de la crisis, al caer un 0,9%.
Modelo alemán
El club de los países más avanzados económicamente aconseja recurrir al modelo alemán para mantener los niveles de empleo, una fórmula basada en reducir «las horas de trabajo de aquellos que mantuvieron su empleo» mediante «diferentes mecanismos de ajustes», como la disminución de horas extraordinarias, la aplicación de un sistema de compensación y las iniciativas empresariales para conseguir recortar las jornadas de trabajo.
El escenario laboral español se encuentra en las antípodas del alemán, que durante el mismo periodo no sólo ha sido capaz de contener la tasa de paro, sino que ha logrado contraerla en un 0,6%, al generar 250.000 puestos de trabajo.
Para sostener este déficit que se deriva de la caída del empleo, las empresas se decantaron por un modelo que, comparado con el del resto de los países de la OCDE, muestra múltiples contrastes. Si en la mayoría de ellos el descenso del trabajo «se repartió entre todos los trabajadores», nuestro país registró un aumento en las horas de trabajo de los trabajadores. De ahí se explica el crecimiento en la productividad de los trabajadores, un espejismo de los muchos que la economía española deberá superar para alcanzar un modelo laboral más eficiente.
Luis M. Ontoso
Félix Velasco - FVA Management Blog

domingo, 5 de septiembre de 2010

Propuestas para salir de la crisis



España debe bajar su déficit en 9,4 puntos porcentuales en la próxima década, una de las reducciones más drásticas del mundo, según el Fondo Monetario Internacional. Menudo panorama.
Propuestas:
1.- Disolución de los Ministerios de: 
  • Igualdad y que sus funciones se incluyan en el de Justicia, suponiendo que sean necesarias las funciones que realiza.
  • Vivienda y que lo incluyan en el de Fomento.
  • Educación y Ciencia, y que se haga cargo el de Cultura.
  • Deportes, y que se vuelva a incluir en el de Cultura.
  • Administraciones Públicas y que se haga cargo el de Presidencia.
2.- Anulación de dos vicepresidencias: la de Chaves y la de Salgado, (tenemos más vicepresidencias que Estados Unidos).
3.- Disolución de la Diputaciones Provinciales, órgano totalmente inutil y tapadera para colocar a los "amiguetes".
4.- Disolución de los Consejos Provinciales, nidos de enchufados.
5.- Anulación de la pensión vitalicia de todos los diputados, senadores y demás "padres de la patria".
6.- Limitar los sueldos de los alcaldes  en función del número de habitantes de la población.
7.- Prohibir que los políticos se pongan sus propios sueldos.
8.- Recuperar todo el dinero robado por los políticos en las últimas legislaturas,... y sino que vaya a la cárcel sin inmunidad parlamentaria.
9.- Eliminar la inmensa mayoría de los coches oficiales, no es posible que tengamos mas coches oficiales que Estados Unidos.
10.- Anular todas las tarjetas de crédito oficiales y controlar el gasto de los políticos.
11.- Poner en la calle a todos los "cargos de confianza", tenemos funcionarios de sobra para encargarse de esas labores.
12.- Eliminar el exceso de diplomáticos en el extranjero, excepto un embajador y los cónsules realmente necesarios en las ciudad importantes en cada país.
13.- Eliminar las pseudo embajadas de los "nacionalismos de botijo" que pululan por todo el mundo. No es posible que gastemos en esto más que Alemania y el Reino Unido juntos,... y ver los resultados patéticos de nuestras relaciones exteriores.
14.- Rebajar un 30% las partidas 4, 6 y 7 de los Presupuestos Generales del Estado, correspondientes a transferencias a sindicatos, partidos políticos, fundaciones opacas y chupopteros varios.
15.- Controlar el dispendio autonómico disparatado e inútil que tenemos.
Con todo ello se ahorrarían más de 45.000 millones de euros, muchísimo más que suficiente para salir de la crisis.
Tiene razón el FMI cuando dice que "un buen plan de ajuste podría incluso acelerar la actividad económica", pero desde luego no es el plan de Zapatero.
Félix Velasco - FVA Management Blog