El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha demostrado que no tiene reparos a la hora de engañar a los catalanes sobre las irreales alabanzas de su particular utopía independentista. Así, una vez que Bruselas ha desmontado por completo la burda falacia nacionalista sobre la posible permanencia de Cataluña en la UE, Mas insistió el pasado jueves en que, pese a ello, ese hipotético nuevo estado catalán podría conservar el euro, lo cual no sólo es improbable sino, directamente, mentira. En primer lugar, el líder de CiU oculta que la expulsión de la UE también conllevaría de forma automática la salida como miembro activo del euro. De este modo, los bancos y cajas de Cataluña dejarían de tener acceso a la financiación del Banco Central Europeo (BCE), cuyas líneas de liquidez son vitales para buena parte del sistema bancario europeo tras el estallido de la crisis, poniendo en evidente riesgo los depósitos allí ubicados.
En este sentido, el modelo que propone Mas consiste en imitar a Kosovo y Montenegro, países que, sin pertenecer a la UE, han adoptado el euro de forma voluntaria. Sin embargo, incluso este triste escenario es más que improbable en el caso de una Cataluña independiente, ya que nacería como un estado quebrado debido a su descomunal déficit y volumen de deuda pública. Es decir, nadie le prestaría dinero y, como consecuencia, tendría que imprimir su propia moneda devaluada para mantener servicios, pagar pensiones y sufragar sueldos públicos, con el consiguiente empobrecimiento generalizado de la población. Y ello, sin contar el caos económico que supondría salir de la UE, ya que inversores y empresas huirían, sus exportaciones se desplomarían y, como consecuencia, el PIB catalán caería más de un 20 por ciento. El sueño independentista de Mas sería, en realidad, la pesadilla de los catalanes.
EL presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha demostrado que no tiene reparos a la hora de engañar a los catalanes sobre las irreales alabanzas de su particular utopía independentista. Así, una vez que Bruselas ha desmontado por completo la burda falacia nacionalista sobre la posible permanencia de Cataluña en la UE, Mas insistió el pasado jueves en que, pese a ello, ese hipotético nuevo estado catalán podría conservar el euro, lo cual no sólo es improbable sino, directamente, mentira. En primer lugar, el líder de CiU oculta que la expulsión de la UE también conllevaría de forma automática la salida como miembro activo del euro. De este modo, los bancos y cajas de Cataluña dejarían de tener acceso a la financiación del Banco Central Europeo (BCE), cuyas líneas de liquidez son vitales para buena parte del sistema bancario europeo tras el estallido de la crisis, poniendo en evidente riesgo los depósitos allí ubicados.
En este sentido, el modelo que propone Mas consiste en imitar a Kosovo y Montenegro, países que, sin pertenecer a la UE, han adoptado el euro de forma voluntaria. Sin embargo, incluso este triste escenario es más que improbable en el caso de una Cataluña independiente, ya que nacería como un estado quebrado debido a su descomunal déficit y volumen de deuda pública. Es decir, nadie le prestaría dinero y, como consecuencia, tendría que imprimir su propia moneda devaluada para mantener servicios, pagar pensiones y sufragar sueldos públicos, con el consiguiente empobrecimiento generalizado de la población. Y ello, sin contar el caos económico que supondría salir de la UE, ya que inversores y empresas huirían, sus exportaciones se desplomarían y, como consecuencia, el PIB catalán caería más de un 20 por ciento. El sueño independentista de Mas sería, en realidad, la pesadilla de los catalanes.
EL presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha demostrado que no tiene reparos a la hora de engañar a los catalanes sobre las irreales alabanzas de su particular utopía independentista. Así, una vez que Bruselas ha desmontado por completo la burda falacia nacionalista sobre la posible permanencia de Cataluña en la UE, Mas insistió el pasado jueves en que, pese a ello, ese hipotético nuevo estado catalán podría conservar el euro, lo cual no sólo es improbable sino, directamente, mentira. En primer lugar, el líder de CiU oculta que la expulsión de la UE también conllevaría de forma automática la salida como miembro activo del euro. De este modo, los bancos y cajas de Cataluña dejarían de tener acceso a la financiación del Banco Central Europeo (BCE), cuyas líneas de liquidez son vitales para buena parte del sistema bancario europeo tras el estallido de la crisis, poniendo en evidente riesgo los depósitos allí ubicados.
En este sentido, el modelo que propone Mas consiste en imitar a Kosovo y Montenegro, países que, sin pertenecer a la UE, han adoptado el euro de forma voluntaria. Sin embargo, incluso este triste escenario es más que improbable en el caso de una Cataluña independiente, ya que nacería como un estado quebrado debido a su descomunal déficit y volumen de deuda pública. Es decir, nadie le prestaría dinero y, como consecuencia, tendría que imprimir su propia moneda devaluada para mantener servicios, pagar pensiones y sufragar sueldos públicos, con el consiguiente empobrecimiento generalizado de la población. Y ello, sin contar el caos económico que supondría salir de la UE, ya que inversores y empresas huirían, sus exportaciones se desplomarían y, como consecuencia, el PIB catalán caería más de un 20 por ciento. El sueño independentista de Mas sería, en realidad, la pesadilla de los catalanes.
EL presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha demostrado que no tiene reparos a la hora de engañar a los catalanes sobre las irreales alabanzas de su particular utopía independentista. Así, una vez que Bruselas ha desmontado por completo la burda falacia nacionalista sobre la posible permanencia de Cataluña en la UE, Mas insistió el pasado jueves en que, pese a ello, ese hipotético nuevo estado catalán podría conservar el euro, lo cual no sólo es improbable sino, directamente, mentira. En primer lugar, el líder de CiU oculta que la expulsión de la UE también conllevaría de forma automática la salida como miembro activo del euro. De este modo, los bancos y cajas de Cataluña dejarían de tener acceso a la financiación del Banco Central Europeo (BCE), cuyas líneas de liquidez son vitales para buena parte del sistema bancario europeo tras el estallido de la crisis, poniendo en evidente riesgo los depósitos allí ubicados.
En este sentido, el modelo que propone Mas consiste en imitar a Kosovo y Montenegro, países que, sin pertenecer a la UE, han adoptado el euro de forma voluntaria. Sin embargo, incluso este triste escenario es más que improbable en el caso de una Cataluña independiente, ya que nacería como un estado quebrado debido a su descomunal déficit y volumen de deuda pública. Es decir, nadie le prestaría dinero y, como consecuencia, tendría que imprimir su propia moneda devaluada para mantener servicios, pagar pensiones y sufragar sueldos públicos, con el consiguiente empobrecimiento generalizado de la población. Y ello, sin contar el caos económico que supondría salir de la UE, ya que inversores y empresas huirían, sus exportaciones se desplomarían y, como consecuencia, el PIB catalán caería más de un 20 por ciento. El sueño independentista de Mas sería, en realidad, la pesadilla de los catalanes.
Editorial ABC
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Félix Velasco