domingo, 19 de julio de 2015

SOBRE IGNORANTES E IGNORANTAS

Carta de una Profesora con acertadísima y lapidaria frase final. Está escrito por una profesora de un instituto público.
Yo no soy víctima de la Ley Nacional de Educación. He tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política.
En jardín (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente:
la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña".
Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. No había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.
En Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas y Ciencias, no teníamos Educación Física.
En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te bajaban la nota.
En Bachillerato, estudié Historia de España, Latín, Literatura y Filosofía.
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección.
Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales.
El participio activo del verbo atacar es "atacante";
el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir,"existente".
¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene identidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "ente".
Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta",independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice"estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta”.
Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son"periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creo que por las  dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
Les propongo que pasen el mensaje a sus amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de indiviuos/individuas que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!
Porque no es lo mismo tener "UN CARGO PÚBLICO" que ser "UNA CARGA PÚBLICA".
FVA Mananagement - Blog
Félix Velasco

miércoles, 15 de julio de 2015

¿Nos estamos volviendo supersticiosos?

¿Nos estamos volviendo supersticiosos? Muchos indicios apuntan en esta dirección, aunque antropólogos y sociólogos hablan de un cambio más profundo: cada vez tenemos mayor necesidad de creer en "algo".
La superstición es la creencia contraria a la razón que atribuye una explicación "mágica" a la generación de los fenómenos, procesos y cómo se relacionan. 
Algunos mezclan y confunden desarrollo y crecimiento personal con meras supersticiones, ya que la actitud supersticiosa tiene siempre como raíz el sentido de inseguridad, de temor, de incapacidad para afrontar la realidad personal.
El error objetivo y la ilusión radical de la práctica supersticiosa consiste en la confianza ingenua de conseguir neutralizar lo que no se quiere o no se puede afrontar directamente, de poder cambiar una realidad que "algunod" manejan y manipulan, de conseguir dominar un mundo que por miedo rehusan mirar de frente... Eson son algunos motivos por el que algunos progre-pijos convierten el coaching en un "médoto para limpiar de energías malignas", otros hablen de recuperar el "equilibrio electromagnético", algunos confíen en las "cadenas de la suerte por internet", se apoyen en "fluidos energéticos" cuando son incapaces de ofrecer soluciones, crean en frases que otros ponen en boca de Buda y que jamás pronunció, "telepredicadores" cuyos libros encabezan los rankings de ventas, o se compren "pulseras de la fortuna"... 
Muchas de estas cosas, y concediendo un enorme margen de dudas, se podrían considerar un placebo para individuos incapaces de enderezar su vida utilizando su voluntad y libre albedrío, gestionando adecuadamente el tiempo, estableciendo un simple orden de prioridades en su vida, reflexionando sobre sus valores personales y profesionales,... Y muy especialmente marcándose objetivos motivadores (medibles, alcanzables, realistas y fijando plazos), y ¿por qué no?, con un cierto grado de utopía para que valga la pena esforzarse por ellos, fragmentándolos en metas lógicas en las que concentrarse y vivir apasionadamente la vida.
FVA Management - Blog
Félix Velasco

domingo, 5 de julio de 2015

Esfuerzo o resultados

Hay individuos que justifican unos malos resultados amparándose en el esfuerzo realizado. De hecho importa poco lo que uno se esfuerce... interesa mucho más lo que se consigue.
 ¿Qué resultados estás obteniendo con lo que haces? Esa es la pregunta a la que debemos contestar cada uno.
 El esfuerzo, en si mismo, es una mala medida del éxito. Los resultados están, o no están.
 Si te descubres a ti mismo explicando lo mucho que te has esforzado, prueba a cambiar el foco de atención: ¿Qué es lo que estás obteniendo?
 Es poco relevante todo el "gran trabajo hecho", todas las "horas inacabables" dedicadas, o el "esfuerzo desproporcionado" realizado... ¿Estás consiguiendo el tipo de resultados que deseas? Esa es la medida del éxito y de la conquista de tus sueños.
 En caso de no estar obteniendo lo que quieres, analiza lo que estás haciendo, quizás no es lo adecuado y es hora de tomar decisiones y cambiar.
 Vivimos en una cultura que premia el esfuerzo por encima del resultado, una vez y otra. Eso es un error.
 Hay personas dicen "he dedicado una gran cantidad de horas a este proyecto", o "me he entregado con cuerpo y alma"... pero muchas veces se olvida lo verdaderamente relevante: Después de haber hecho esa inversión de tiempo, dinero, energía,... ¿qué se ha logrado?
 Me interesa mucho más una persona que consigue el mismo resultado con un menor esfuerzo que una persona que realiza un gran esfuerzo en sí mismo. Eso se llama productividad. Esforzarse el doble, o el triple, no es la variable determinante. Lo que importa es la eficiencia. Trabajar menos y conseguir resultados sorprendentes es mucho más inteligente que trabajar mucho y lograr resultados mediocres. El esfuerzo es siempre importante, pero lo es mucho más organizar, planificar y controlar, son básicos para superar metas y alcanzar objetivos.
Félix Velasco - Blog