Los partidos políticos reciben subvenciones del Estado, es decir, de todos los contribuyentes, en función de sus resultados electorales, de manera que las formaciones que obtienen más votos y representantes se embolsan una cantidad mayor de dinero público.
Esto es suficientemente conocido y una de las razones por las que los políticos cuentan con una cada vez más escasa aprobación de la ciudadanía. Lo que tal vez usted no sepa es que esas subvenciones se revisan al alza en función de la subida del Índice de Precios al Consumo, con el fin de que el trinque presupuestario de los partidos no sufra la merma que forzosamente sí experimentan nuestras finanzas particulares cuando la moneda pierde valor año tras año, pues no otra cosa es el fenómeno que conocemos como inflación.
Sube la luz, sube el gas así como la gasolina, el gasoil, el IVA o el Euribor, y ahora también lo hacen las subvenciones que vamos a pagar a los partidos políticos por sus resultados en las elecciones del próximo 22 de mayo. Al final, lo que más acabará subiendo será la presión arterial del contribuyente
Y es que el Boletín Oficial del Estado anuncia hoy la buena nueva de que las faltriqueras de los partidos van a ser preservadas de los efectos inflacionistas de nuestra economía. Además, la ministra Salgado, responsable del ramo, explica en esas mismas páginas los diversos conceptos, a cada cual más imaginativo, en virtud de los cuales los partidos que concurren a las elecciones municipales del mes próximo van a trincar un dineral de nuestro pobre bolsillo. Lean y asómbrense.
Un partido político que se presente a las próximas elecciones municipales obtendrá subvenciones por los siguientes tres conceptos, a saber:
- 276,86 euros por cada concejal electo.
- 0,55 euros por cada voto a candidaturas que hayan tenido al menos un concejal.
- 0,22 euros por cada elector potencial,con el fin de subvencionar, agárrese a la silla, ¡el envío de propaganda electoral y papeletas por correo!
Bien. Los dos principales partidos de España, PP y PSOE, obtuvieron en las últimas elecciones unos 16 millones de votos que, finalmente, se tradujeron en 47.350 concejales. Realizando los cálculos pertinentes, los dos principales partidos se van a embolsar más de veinticinco millones de euros a poco que reproduzcan porcentualmente los resultados que en conjunto obtuvieron en la anterior convocatoria.
Sumen a eso las subvenciones que van a obtener partidos radicales, nacionalistas, separatistas y folcklóricos en cada rincón de España, por pequeño y olvidado que sea, y probablemente lleguen a la conclusión de que nuestros partidos son principalmente unas multinacionales del trinque ante las cuales el español que trabaja y paga impuestos se ha de declarar indefenso.
Y esto es sólo para el apartado de ayuntamientos, porque, con buen criterio, Elena Salgado ha decidido no informar el mismo día al raro lector del BOE del dineral que nos va a costar también la contienda autonómica, cita electoral que resulta aún más profusamente subvencionada que su hermana menor municipal.
En concreto elegiremos a 65.500 concejales, más de 8.000 alcaldes, 1.050 diputados autonómicos, 150 consejeros de cabildos insulares, otros tantos junteros en el País Vasco, 1.100 miembros de los concejos de Navarra, 13 consejeros del valle de Arán y 59 consejeros insulares de Mallorca, Menorca e Ibiza. Ahí es nada, a cuyos partidos hay que subvencionar para que hagan una fastuosa campaña electoral. Ya verán cuando hagamos la suma, ya.
Pablo Molina
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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