sábado, 6 de diciembre de 2008

El aumento de la morosidad se come en 12 meses el fondo para insolvencias de la banca


El aumento de la morosidad está rompiendo los peores pronósticos. Hasta el punto de que los fondos con los que cuenta el sistema financiero para cubrir los activos de dudoso cobro son ya inferiores a la cuantía de los impagados. En concreto, y según el Banco de España, las provisiones para insolvencias y riesgo país a diciembre de 2007 equivalían a 42.029 millones de euros. Sin embargo, y según los datos del propio banco central, los activos dudosos ascienden ya (hasta el pasado mes de agosto) a 47.215 millones de euros, el triple que hace un año.
Si el análisis se hace teniendo en cuenta lo reflejado en los balances de la banca por deterioro de sus activos, el resultado es similar. Bancos, cajas y cooperativas de crédito tienen reflejado por este concepto 40.697 millones de euros, lo que supone el 86,1% del crédito no devuelto en plazo.
Esto significa que, por primera vez en mucho tiempo, el ratio de cobertura de los activos dudosos se sitúa por debajo del 100%, todavía por encima de la Unión Europea, pero muy lejos de los niveles cercanos al 300% que se registraban hace menos de dos años, en diciembre de 2006. Incluso hace menos de un año, en diciembre de 2007, los fondos de insolvencia cubrían “más de dos veces el volumen de activos dudosos”, como presumía el Banco de España en el Informe de Estabilidad Financiera correspondiente al mes de abril, lo que da idea de su rápido deterioro. La ratio de cobertura se define como el porcentaje que representan los fondos para insolvencias respecto de los activos dudosos totales. E incorpora tanto el fondo específico como el genérico, el que no tiene un destino concreto.
La regulación prudencial del Banco de España obliga a cubrir de forma exigente el riesgo de crédito, pero no solamente el inducido por una operación concreta (por ejemplo cuando alguien no paga la hipoteca), sino que también cubre aquel impagado que no se identifica con una operación específica. Por eso se denomina fondo genérico.
El Banco de España considera que un crédito entra en mora cuando transcurren más de tres meses desde su vencimiento. En los descubiertos u otros saldos deudores a la vista sin vencimiento pactado, este plazo se cuenta desde el primer requerimiento de reembolso que efectúe la entidad, o desde la primera liquidación de intereses que resulte impagada.
El aumento de la morosidad está siendo vertiginoso, como pone de manifiesto que en diciembre del año pasado equivalía a 22.241 millones de euros, lo que indica que en apenas ocho meses se ha multiplicado por dos. El hecho de que la cuantía de los fondos de solvencia sea inferior al tamaño de los créditos morosos significa que bancos y cajas tienen que empezar a tirar de su cuenta de resultados para cubrir esos fallidos, y de ahí la importancia que tienen los fondos de cobertura del riesgo. Su peso relativo respecto del balance total es, sin embargo, todavía pequeño. Se situaba en diciembre de 2007 en el 1,3%, lo que indica que esta partida todavía puede crecer de forma importante sin afectar a la cuenta de pérdida y ganancias, tradicionalmente convertida en lo que algunos autores han denominado ‘primera línea de fuego defensivo contra la morosidad’.
Pese al fortísimo aumento que se han producido en la tasa de morosidad en los últimos meses (hasta situarse en el 2,5% de los activos), la cobertura de riesgo de la banca española se mantiene todavía algo por encima de media de la Unión Europea, un 86,1% frente al 65%, pero en el caso español el deterioro es extraordinario. Aún así, los strees test (pruebas de esfuerzo) realizados por el Banco de España indican que si repitiera la recesión de 1993 (cuatro trimestres de crecimiento económico negativo) la pérdida esperada para la banca sería equivalente al 70% de la suma del fondo genérico y del específico. Dicho en otros términos, algo más de 32.000 millones de euros.

Carlos Sánchez

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