
Atiza, S.A., Eureka.com y fantástico@asombroso.es
- Un aumento en la productividad y en la calidad, ya que las personas alegres trabajan con más agilidad y eficiencia.
- Disminuye el absentismo al disminuir el estrés y la gente realmente tiene ganas de acudir al trabajo, no sólo necesidad.
- Atrae a las personas más competentes y evita la excesiva rotación no deseada.
- Las personas contentas son unos estupendos vendedores, aunque no sea esa su tarea.
- Unos empleados que sonríen son el mejor principio para un buen servicio.
- Las personas contentas tienen más ideas, con el consiguiente aumento de la creatividad y de la innovación.
- Los individuos felices son flexibles y abiertos al cambio sin resquemores.
Dejando al margen a los individuos inadaptados y conflictivos, que evidentemente los hay y que nunca estarán satisfechos, es deseable que no existan organizaciones donde el transcurso de la jornada laboral se haga eterno y tedioso. Para ello es preciso, además de erradicar el mobbing, sustituir las ideas taylorianas basadas en la tarea y en el método, por el razonamiento, la libertad, la responsabilidad, el conocimiento y el enfoque hacia la persona.
Trabajar está inevitablemente ligado al esfuerzo, la lucha diaria y, en mayor o menor medida, al estrés. Sin embargo, nada de ello debería impedir que fuéramos a nuestro puesto de trabajo con ánimo de divertirnos, pasar una jornada agradable y, sobretodo, no perder la sonrisa.
En ocasiones utilizamos eufemismos innecesarios, las personas no buscamos “un buen clima laborar” (mal menor), las personas lo que queremos en lo más profundo de nuestro corazón es ¡ser felices! (mayor bien posible), y tener empleados felices permite conseguir clientes felices, y en consecuencia ¡rentables! No hay que elegir entre rentabilidad y felicidad, las dos cosas son posibles al mismo tiempo, de hecho van unidas indisolublemente. “Cada persona debería trabajar para sí misma. La gente no se sacrifica por la compañía. Vienen a trabajar a la empresa para divertirse.” (Soichiro Honda)
Trabajamos no para la empresa, sino en una empresa pero para nosotros mismos, para poder comer, para pagar nuestra hipoteca, nuestras letras del coche, el colegio o la universidad de nuestros hijos, nuestras vacaciones, nuestro ocio, ahorrar, cuidar nuestra salud, desarrollar una vocación,... en definitiva, para poder forjar todas nuestras ilusiones y esperanzas personales.
"Decir que el trabajo de un directivo consiste en motivar a sus subordinados es tan ridículo como decir que el trabajo del Presidente del Consejo de Administración de General Motors consiste en hacer salir el sol por la mañana para que tengamos luz para trabajar. Mientras nos aferremos al mito y la fantasía implícitos en la idea de que el trabajo de un líder es motivar a sus seguidores, que el trabajo de un jefe es motivar a sus subordinados, que trabajar para desarrollar a la gente en nuestra organización es motivarles, no haremos más que perder el tiempo." (John Paul Jones Senior)
Cierto, no siempre el principal trabajo de un líder es dedicarse a motivar, el principal trabajo de un líder es liderar personas ya motivadas. El líder sólo debe motivar en momentos puntuales y cruciales, el resto de tiempo cada uno debe encontrar su propia motivación. Una persona adulta y responsable no necesita ninguna motivación externa, se motiva a sí mismo y unos a otros entre sí, esta motivación interna es más efectiva y sostenible que la motivación externa (como los incentivos) a las que los directivos de empleados descontentos suelen recurrir. Cuando el grado de madurez de los colaboradores es alto, cada uno es consciente de que debe motivarse a sí mismo. Lo que sí es responsabilidad de un directivo es crear un ambiente en el que el equipo se ilusione de forma natural, siendo consciente de que cada uno trabaja principalmente para los intereses lícitos personales que tiene, no para los accionistas. “Si usted está trabajando en una empresa que no está llena de energía, que no es entusiasta, creativa, inteligente, curiosa y que, simplemente, es un lugar en el que trabajar no es una diversión, usted va a tener problemas, muy serios problemas” (Tom Peters).
No dediquemos algo tan valioso como el tiempo a motivar a gente insatisfecha, defraudada, desconfiada, y descontenta por razones no laborales (personales o sociales). Es una batalla muy difícil de ganar. En lugar de eso dediquemos el tiempo y el esfuerzo a una adecuada selección de personal, así como a crear unas justas y equitativas relaciones laborales, posibilitando oportunidades de crecimiento profesional y desarrollo personal,… y corrigiendo actitudes desmotivadotas de ciertos mandos y directivos que carecen de las habilidades elementales para liderar personas.
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