domingo, 23 de marzo de 2008

La rana

LA RANA
Un grupo de ranas salieron de su charca cenagosa y decidieron dar un paseo por el bosque, a pesar de las advertencias de lo peligroso que eso era y que les hicieron sus amigas que se quedaron. Lo cierto es que después de un rato de ir avanzando de salto en salto, varias cayeron en un profundo pozo.
El resto de ranas se acercó al borde hoyo con precaución. Cuando vieron lo profundo que era croaron de desesperación, diciendo a las ranas del fondo que ya podían darse por muertas, lamentando no haber hecho caso a los sabios consejos sus amigas de la charca pestilenta.
Al principio las ranas del fondo no hicieron caso a los comentarios y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Pero las otras continuaron insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una a una, las ranas prestaron atención a lo que las demás decían y se fueron rindiendo, muriendo una de abatimiento, otra de angustia, otra de tristeza, otra de nostalgia, otra de desperación,... y así sucesivamente.
Sólo una de las ranas que habían caído continuó saltando con tanta energía como le era posible.
Las ranas le seguían croando a gritos para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando.
Pero la rana iba aprendiendo a apoyarse en los salientes del agujero, y de cada uno de ellos rebotaba a otro superior hasta que finalmente logró salir del hoyo con mucho esfuerzo.
Las otras ranas comenzaron a croar de júbilo dándole la enhorabuena. Nuestra rana, con rostro cansado pero muy contenta, se volvió hacia ellas y les dijo: "No os esforcéis, soy sorda, de todos modos muchas gracias por los gritos de ánimo que me estábais dando cuando estaba en el fondo".

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