El mandato de Zapatero llega a su fin con el fantasma del paro amenazando a los españoles de nuevo. En cuatro años, el Gobierno socialista tiene que apuntarse casi cien mil parados más, hasta alcanzar el dato de 2.315.131 desempleados en el pasado mes de febrero. España, con el 8,8 por ciento, tuvo en enero la mayor tasa de paro de la Eurozona. El desempleo afectó de forma virulenta al sector de la construcción, donde subió un 36,1 por ciento en los últimos doce meses. Y eso que el precio de la vivienda, aunque frenó su crecimiento, aumentó un 43 por ciento.
Lo que para Mariano Rajoy es una crisis económica en toda regla, para José Luis Rodríguez Zapatero es una desaceleración a escala mundial. Sea como fuera, la economía ha sido el eje principal de la campaña electoral, sobre todo la economía doméstica, y habrá quien se acuerde hoy del precio del pollo, la leche y el pan cuando vaya a votar. La inflación se mantuvo en enero al 4,4 por ciento, el nivel más alto de toda la legislatura, con 1,7 puntos más que en abril de 2004.
Pero si ha subido el pollo, por encima del 10 por ciento, mucho más lo han hecho el gasóleo y las gasolinas, que están en máximos históricos, con un precio un 20 por ciento más caro que a comienzos de 2007.
Pero la España que hoy acudirá a las urnas tiene otros «agujeros». Por ejemplo, en Educación. El último informe PISA (2006), que mide el nivel educativo de un país, sitúa a España a la cola de Europa en lengua y entre los mediocres en ciencias y matemáticas, por debajo del promedio de la OCDE. En cuanto a competencia lectora de los alumnos, sólo Grecia, Rumanía y Bulgaria están peor que España.
En la España que deja Zapatero, los homosexuales pueden contraer matrimonio y están aprobadas las leyes de Igualdad y Dependencia. Uno de los puntos negros sigue siendo la violencia de género, que lejos de aminorarse, ha ido a más en el último año: sólo en 2007 murieron 74 mujeres asesinadas, frente a las 69 de 2004, o las 52 de 2005. En cuanto a las denuncias presentadas, en 2007 fueron 127.000, casi el doble que en 2004 (67.171).
Permisos de residencia. La inmigración ha sido otro de los grandes pilares de la campaña electoral del Rajoy, muy a pesar de Zapatero, quien incluso pidió al candidato popular que no hablara de ese asunto en el periodo preelectoral. Como publicó ABC, el Gobierno de Zapatero ha concedido más de dos millones de permisos de residencia. Al cierre del año pasado ya existían 3.979.014 permisos, un incremento del 123 por ciento respecto al dato de junio de 2004. Ese incremento se ha debido en buena parte a inmigrantes de Rumanía y Bulgaria, que han pasado de menos de 300.000 a más de 700.000. El debate sobre la inmigración continuará tras el 9-M, ya que el PP defiende un «contrato de integración» para todos los inmigrantes, para que respeten las «costumbres» españolas, y el PSOE ha tachado de «xenófoba» esa medida.
En la España que mira hoy al futuro ha vuelto de manera trágica el tiro en la nuca de los asesinos de ETA. Zapatero, en el segundo debate televisado frente a Rajoy, hizo este balance: «¿Qué política antiterrorista prefiere? ¿La de esta legislatura con cuatro víctimas mortales, o la de la legislatura anterior con 238 víctimas mortales?» Zapatero olvidó a Ambrosio Fernández, víctima del terrorismo callejero, pero también a los ocho turistas muertos en el Yemen y a los militares caídos en «misiones de paz». El viernes pasado se produjo la peor noticia, con el asesinato de Isaías Carrasco.
Son los problemas de la España de hoy. Y, encima, hay que pagar el canon digital.
El paro no deja de subir, los precios están por las nubes y la gasolina rompe todas las barreras. A la España de hoy no le faltan problemas en economía, educación, inmigración y terrorismo.
M. Calleja
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