Vaciadas las bodegas de esclavos, se recogían los cargamentos de cacao para las tiendas de ultramarinos en Vilafranca, Barcelona y el Maresme y el algodón que hizo potente a la industria textil.
“Encadenados en las bodegas debían soportar un viaje de dos meses entre África y las Antillas. Para que no perdieran facultades físicas, se les nutría con cereales, legumbres y fruta fresca y se les sacaba cada cuarenta y ocho horas a cubierta para que les diera el sol. Normalmente, los barcos transportaban entre doscientos y cuatrocientos esclavos pero los brasileños llegaron a mil… Cuando subían a cubierta, desnudos, se les ponía música para que bailaran y desentumecieran sus extremidades…”
"Eran barcos comerciales que se llegaban a cubrir con una red para que los esclavos no saltaran al mar. Si se oteaba una patrullera, se hacía lo contrario: lanzar el cargamento humano al océano”.
"Cataluña fue una potencia industrial gracias a la trata de negros: al volver a su tierra natal, los indianos invirtieron su capital en la industria textil y realizaron obras benéficas haciendo olvidar su pasado esclavista”.
Jordi Tomás
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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