sábado, 28 de enero de 2012

La aventura aérea catalana

En el pleno del mes de diciembre del ayuntamiento de Barcelona, medio de tapadillo, los concejales aprobaban sin apenas publicidad la última subvención a la compañía Spanair; una más. La concesión se hizo sin debate, a escondidas, sabedores los ediles de la dudosa legalidad de unas ayudas —unos 150 millones desde 2009— que han sido, prácticamente, el único sustento de una aerolínea nacida con voluntad «de país». Con el anuncio de suspensión de vuelos, más que el fracaso de una compañía se estrella el sueño de la administración catalana, también de parte de su empresariado, que trató de establecer en El Prat una base de vuelos intercontinentales que rompiese con la dependencia de Barajas. Se trataba de convertir Barcelona en un «hub internacional»: el sueño se acabó.
Si la última etapa de Spanair es la de la impotencia de la Administración y la incapacidad para atraer a un socio industrial, otros sucesos han marcado su trayectoria. El más trágico, grabado en negro en la historia de la aviación española, el accidente del vuelo JK5022 con destino a Gran Canaria, que el 20 de agosto de 2008, en Barajas, segó la vida de 154 personas.
Habían pasado veinte años desde que Spanair comenzase a operar como exitosa compañía chárter. Fundada por la escandinava SAS, que aún tiene un 10,9%, y Marsans, el gran salto adelante se produce en 1994, cuando comienza a operar vuelos regulares en territorio español. Al poco tiempo da el salto internacional, donde llega a tener enlaces con Washington, Río, Buenos Aires y La Habana. En marzo de 2002 Spanair se integra en SAS y, en 2003, queda bajo el paraguas de Star Alliance.
El accidente de 2008 precipitó el cambio de manos de la compañía, que se había convertido en un lastre para la escandinava. Ante la posibilidad de que Spanair acabase en manos de Iberia, lo que desde Cataluña se explicó como el anuncio de la marginación definitiva de El Prat, acabó por cuajar la solución pública. Casi como si fuese un deber patriótico, Spanair quedó en manos de Iniciativas Empresariales Aeronáuticas (Ieasa), que aglutina a la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Fira y un grupo de empresarios. Fue una aventura tan cara como efímera. Un pozo sin fondo. El «no» de Qatar Airways y las dificultades económicas de la Generalitat precipitaron el fin. La aventura aérea catalana se ha estrellado.
La Asociación Española de Usuarios, Empresarios y Profesionales del Transporte Aéreo (Asetra) ha pedido a la Fiscalía General del Estado que investigue a Ferran Soriano y su equipo en la gestión de Spanair "por si de su actuación en los próximos días pudiera desprenderse presunta malversación de las ayudas públicas o inversiones que el Gobierno catalán y el Ayuntamiento de Barcelona les concedieron".
El presidente de Asetra, Ignacio Rubio, ha afirmado en un comunicado que la "deficiente gestión" del equipo de Ferran Soriano ha acabado con una empresa viable hace unos años atrás, y ha denunciado la falta de una "gestión de calidad" en la viabilidad de la compañía. Además, ha denunciado la pérdida de más de cerca de 25 millones de euros de las "inversiones" del erario público sin garantías de devolución a las arcas del Gobierno catalán y del Ayuntamiento de Barcelona por parte de la dirección de la aerolínea.
La asociación considera que deberá estudiarse legalmente "si los actuales responsables de Spanair y los dirigentes políticos que apoyaron la concesión de las ayudas o inversiones - como las califica la aerolínea- conocían la situación financiera real de la compañía y entregaron dinero y ayudas públicas a una compañía en presunta quiebra técnica a sabiendas de su situación económica malversando presuntamente el dinero de los ciudadanos"
Por ello Asetra insta a la Fiscalía General del Estado a investigar la gestión de Ferran Soriano en Spanair y el destino de tales "inversiones" como en su día se hizo con el cierre de la empresa Air Madrid.
El presidente de la asociación ha remitido esta tarde una carta a la ministra de Fomento, Ana Pastor, en la que le manifiesta su pesar por el cierre de las operaciones de Spanair y pide el apoyo del Gobierno para recolocar a los pasajeros de la aerolínea y proteger a sus profesionales y sus familias.
FVA Management - Blog
Félix Velasco

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