Cosas que empezarán a desaparecer de la vida española, más o menos rápidamente, a partir de mañana:
Cinco millones de parados; ministras nombradas por cuota, no por criterios de competencia; gastar 400 millones de euros de dinero público en regalar 49 millones de bombillas de bajo consumo; imponer un «cordón sanitario» para aislar al principal partido de la oposición; mantener conversaciones con ETA a espaldas de los ciudadanos y negar en público que esas conversaciones existen; permitir que las menores aborten sin el consentimiento de sus padres; subvencionar a los de «la zeja»; asegurar que la economía española juega en la Champions League cuando está descendiendo a Tercera División; ver aparecer brotes verdes en otoño; ministros que hacen favores a empresarios cuando se los encuentran en gasolineras; llamar antipatriotas a quienes critican la política económica del Gobierno; apelar al voto del miedo en vísperas de unas elecciones; vivir pendientes del estado de la prima de riesgo; considerar discutido y discutible el concepto de Nación; la Alianza de las Civilizaciones; despreciar a la Iglesia Católica y tratar de disminuir su influencia en la vida de este país; culpar al Aznar de ayer de cualquier problema que surja hoy; acusar a los especuladores de ser los únicos responsables de nuestra crisis económica; mantener relaciones de especial amistad con dictadores como los Castro en Cuba y Hugo Chavez en Venezuela; permitir que el Banco de España deje de vigilar el estado real de cajas de ahorros y bancos; equivocarse en un 40 por ciento al echar las cuentas de las previsiones económicas del año en curso; volver a congelar las pensiones; permitir a los del 15-M que acampen en la vía pública e impedir que ultrajen impunemente a los policías que tratan de mantener el orden; los fiscales generales del Estado decididos a «mancharse la toga con el barro del camino» en pro de los «hombres de paz»; la admisión de «miembras» en el Congreso de los Diputados; los «acontecimientos planetarios» que nunca llegan a serlo; el «optimismo antropológico» de un español a costa del deterioro de la vida de todos los demás; la «geometría variable» diseñada en favor de los nacionalismos; dar la vuelta al mundo antes de abandonar el cargo, como acaba de hacer la ministra de Cultura. Y mucho más que no cabe en este artículo.
Curri Valenzuela
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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