Un gobierno agónico, sustentado por un partido que se dice socialista, resucita el Impuesto del Patrimonio con la pretensión de recuperar a parte de su electorado que no le ha abandonado por las medidas liberales que se ha visto obligado a tomar, sino por el camino errático y contradictorio de los últimos tiempos.
Sin buscar otro ejemplo distinto, el propio Partido Socialista eliminó este impuesto por obsoleto, injusto e inapropiado y ahora, ante unas elecciones, el «candidato» pide a su gobierno que lo vuelva a poner en marcha con el demagógico argumento de que quiere que paguen los ricos para con ese dinero crear empleo juvenil.
El paro entre los jóvenes españoles llega casi al 50 por ciento, por lo que no es posible que la cantidad «irrisoria» que se a va recaudar con ese impuesto sirva para tan loable fin. Así pues, resulta evidente que se trata de una medida populista de corte electoralista. ¿Por qué no se anuncia que se emplearán todos los medios para encontrar el mucho dinero oculto en la inmensa bolsa de fraude existente? ¿Por qué no se presta a hacer demagogia? Y vaya por delante que lo sensato es hacer pagar más a quien más tiene, pero una medida como la adoptada ayer, en caso de perdurar, sólo lograría desincentivar el ahorro, favorecer la elusión y agredir al contribuyente, pues supone una doble imposición con otros impuestos como el IBI y el Impuesto de circulación.
Además, el patrimonio procede de una renta que ya ha sido gravada en el IRPF y que cuando dedica parte de la misma al ahorro en inmuebles –el principal ahorro de los españoles–, también tributa en el IVA así como en otras tasas e impuestos.
Carmen Gurruchaga
FVA Management - Blog
Félix Velasco
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