domingo, 11 de septiembre de 2011

Si yo fuera rico... dubidubidubidubidubidubidubida

Estaría dispuesto a pagar más impuestos, a dar donativos a las ONGs, a apoyar proyectos solidarios y a crear una fundación para los más desfavorecidos, que eso luce mucho y además desgrava.
Sería el adalid de eso que llaman Responsabilidad Social Corporativa, y no me cansaría de repetir aquello de “quiero ser solidario para devolver a la sociedad lo que la sociedad me ha dado”.
No se crean que soy egoísta y que aspiro a los 31.000 millones de dólares que tiene Amancio Ortega, con los míseros 1.500 millones de Emilio Botín me conformo. Y estaría encantado de apoyar la carta que escribió Warren Buffett en The New York Times bajo el título “Dejad de mimar a los super ricos”.
El Oráculo de Omaha -que tiene una fortuna de 50.000 millones de dólares, la tercera mayor del mundo- dice en esa carta que habría que subir los impuestos a las grandes fortunas para que éstas “compartan con la clase media el coste de la factura de la crisis”. Entran ganas de llorar de la emoción ante tal gesto de generosidad.
Un monumento habría que hacer a estos ricos que les ha dado ahora por ser solidarios. Ya lo podrían haber sido hace unos años y no estaríamos ahora en la catastrófica situación en la que nos encontramos. Porque muchos de estos ricos, reconvertidos ahora en la madre Teresa de Calcuta, se hicieron de oro a base de especular con el dinero de la clase media.
Nadie les ha pedido que sean hermanitas de la caridad, pero resulta chocante esta psicosis colectiva que les ha entrado a los ricos por pagar más impuestos. Porque el propio Buffett sabe muy bien que ha estado pagando un 17% de impuestos por los dividendos que recibe de su sociedad Berkshire Hathaway, mientras sus asalariados soportaban tasas del 40% sobre sus salarios.
Se ha puesto de moda, no lo de ser ricos, sino lo de pedir más impuestos. Lo han hecho importantes empresarios franceses con la propietaria de L’Oreal, Liliane Bettencourt, a la cabeza. Están los presidentes de Veolia, Accor, Publicis, Total, Air France-KLM, Peugeot, Danone y Orange, pero también figura Marc Ladreit, presidente de Fimalac, la matriz de Fitch, que fue una de las agencias de ráting que miró para otro lado en la burbuja subprime.
Algunos de los ricos españoles también ven con buenos ojos pedir a Zapatero un alza de los impuestos, pero quieren hacerlo a través del lobby Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC). El martes mantuvieron una reunión para analizar si daban un paso al frente, pero al final decidieron no pronunciarse hasta que el PSOE y el PP presenten oficialmente sus propuestas electorales.
Los Alierta, Botín, Fainé, Florentino Pérez, Isidoro Álvarez, Francisco González, Entrecanales, Brufau, Lara, Roig y Barceló consideran que una petición individual de uno de los empresarios VIP podría afectar directamente a su actividad empresarial en el futuro. También temen que un pronunciamiento en uno u otro sentido pueda ser interpretado como un apoyo a uno de los dos grandes partidos.
Mientras el PSOE ya ha anunciado que el candidato Rubalcaba incluirá el impuesto para los ricos en su programa electoral, la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, lo ha rechazado, porque opina que “crearía más paro”. Es evidente que el PSOE intenta movilizar al votante de izquierdas a base de revitalizar la lucha de clases.
Los técnicos de Hacienda andan como locos buscando la fórmula de castigar a las grandes fortunas, pero sólo un poquito, porque el Gobierno intenta evitar que se pueda producir una fuga de capitales. En Hacienda saben que si yo fuera rico contrataría a los Garrigues, Cuatrecasas o Uría, que urdirían complejas tramas societarias para pagar los menos impuestos posibles.
Porque no nos engañemos. Los super ricos pagan los impuestos que ellos quieren y, en cualquier caso, resulta irrisoria la cantidad que se podría recaudar. El alza de impuestos que está planteando el Gobierno es una propuesta más estética y demagógica que real porque si al final se produce una subida del IRPF, probablemente iría para todos y perjudicaría más a las rentas medias.
¿Y si en lugar de tanto discutir sobre subir los impuestos hablamos de recortar costes y de buscar fórmulas para que crezca la economía? Sería un debate mucho más fructífero.
Manuel del Pozo
FVA Management - Blog
Félix Velasco

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