jueves, 18 de junio de 2009

Plan E


Desde principios de este año, numerosos municipios españoles han cambiado su fisonomía debido a la instalación de grandes vallas publicitarias del Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo, conocido como PlanE. Se trata de uno de los proyectos estrella del presidente José Luis Rodríguez Zapatero para combatir la crisis económica y, entre otras medidas, incluye el apoyo a la obra pública.
Más allá de la monumental dimensión de las vallas, valoradas cada una en 1.500 euros, sorprende la generosidad del PlanE en determinadas obras de dudosa utilidad. Éste es el caso de los 264.000 euros que el Ejecutivo del PSOE destinará a la adecuación de la caseta de jardinería del parque Joan Miró, situado en Barcelona y al que da nombre una conocida escultura inspirada en el artista catalán. A juzgar por el monto de esta partida, debe tratarse de un magno trabajo, adjudicado a la empresa Gótic Gestió de Construcción, S. L., con un plazo de ejecución de ocho meses.
Esta obra está promovida por el Ayuntamiento de Barcelona, dirigido por el socialista Jordi Hereu, en una plaza dura donde la zona verde no es excesivamente abundante. De momento no se aprecia mucha actividad laboral en la adecuación de esa caseta del jardinero, que dado su coste, es posible que disponga hasta de «jacuzzi». Queda la esperanza de que con esos 264.000 euros se dé empleo a un buen número de personas, ya que Cataluña tiene la tasa de paro más alta de España -actualmente la cifra de desocupados supera las 500.000 personas-. Esta situación de crisis es uno de los argumentos utilizados por el Gobierno de José Montilla para reclamar una nuevo modelo de financiación diferenciado para Cataluña. Precisamente, Zapatero prometió el martes, durante la inauguración de la nueva terminal T1 del aeropuerto de El Prat, que este asunto se cerrará en dos semanas y que Cataluña dispondrá de recursos per cápita superiores a la media nacional. Las cifras que han trascendido rondan los 9.000 millones de euros para todas las comunidades, cantidad que el tripartito considera insuficiente. Todos los partidos catalanes entienden que Cataluña necesita mejorar su sistema de financiación. Pero las dudas aparecen respecto a la gestión de los ingresos autonómico, cuando se comprueba el derroche del gasto público que practica el Ejecutivo autonómico. Los citados 264.000 euros dedicados a la caseta del jardinero que la macrovalla del PlanE anuncia en la Ciudad Condal son un ejemplo de esas, cuando menos, confusas prioridades de las administraciones catalanas.
Otros derroches
Mucho más escandalosos han sido, dentro de ese despilfarro público, los 31 millones de euros que el tripartito gastó en informes encargados a dedo durante 2007 a personas afines a PSC, ERC e ICV, asunto destapada por ABC y que actualmente investiga la Fiscalía. Cuestiones tan extravagantes como la concha brillante, la mosca del melocotón o el diseño de una casita de cartón recortable han sido objeto de esos estudios, cuyo coste inferior a 12.000 euros ha permitido a la Generalitat eludir el concurso público.Uno de los casos más recientes de descontrol financiero de la Generalitat ha sido detectado por la Sindicatura de Cuentas en la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, dependiente del vicepresidente del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod-Rovira (ERC). El mismo que, anteayer, posaba cariñosamente con Zapatero en la nueva terminal aeroportuaria y que gastó 272.000 euros en una fiesta para presumir de las ayudas destinadas al tercer mundo.
Esta obra está promovida por el Ayuntamiento de Barcelona, dirigido por el socialista Jordi Hereu, en una plaza dura donde la zona verde no es excesivamente abundante
Ese organismo fiscalizador observó irregularidades en la concesión de subvenciones y el uso de tarjetas de crédito, así como facturas de comidas de los responsables de la Agencia que disponían de tiquets de restaurante. También ha trascendido hace poco que el Gobierno catalán ha gastado en los últimos tres años un total de siete millones de euros en campañas de publicidad de sus loterías. De esta cifra, unos 1,7 millones están dedicados a promocionar los fines sociales a los que van destinados los ingresos procedentes de esos juegos de azar.
Pero los dispendios no se acaban aquí. La decisión del presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, de estrenar un coche más potente conPlan E accesorios de lujo desató una de las mayores polémicas sobre el gasto público en Cataluña, a la que se unió el aumento de sueldo de José Montilla, que cobra el doble que el presidente del Gobierno y las millonarias ayudas de Carod al pancatalanismo.

Mª Jesús Cañizares

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