jueves, 8 de marzo de 2012

El famoso déficit público

Resulta que el déficit público que nos dejó el Gobierno anterior es el 8,51% (redondeando el 9%) del PIB, es decir, del valor de todo lo producido en un año. Esa proporción es un 41% superior a la estimación de la Salgado (6%). La diferencia es de juzgado de guardia, pero la Salgado se dedica ahora a asesorar empresas. No sé qué empresas serán esas. Como se equivoque un 41% en sus análisis van dadas. Pero a lo que voy. Ahora resulta que el Gobierno de Rajoy dice que vamos a llegar a solo el 5,8% del PIB. Me parece un objetivo insoportable. Nótese que cada punto porcentual del déficit significa un monto de muchos millones de intereses que tenemos que pagar entre todos los contribuyentes. Ya está bien que me llamen "ciudadano". Soy un contribuyente, un pechero. Ni siquiera me parece tolerable que el objetivo fuera el 4,4% del PIB. Seguiríamos pagando millones de euros en intereses. El único objetivo aceptable es el que dice Esperanza Aguirre: que el déficit sea cero. Ya sé que es difícil, pero peor era el racionamiento de los años 40. Para conseguir el déficit cero el Gobierno debería decretar en un solo día el siguiente decálogo: (1) Echar a la calle un millón de funcionarios nombrados a dedo que producen poco. (2) Suprimir la mayor parte de las empresas, consorcios, observatorios, etc de carcácter público que no rinden nada y que se han montado para los amiguetes de turno. (3) Suprimir todos los organismos inútiles, por ejemplo Diputaciones, Senado, etc. (4)Suprimir todas las subvenciones improductivas, las de los sindicatos, patronales, partidos políticos y otras varias. (5) Surprimir las subvenciones al cine al carbón y a las energías renovables, entre otras muchas igualmente dilapidadoras. (6) Subastar el 80% de los coches oficiales. (7) Fusionar algo así como cinco mil Ayuntamientos (8) Establecer un control, estricto sobre los gastos de las Autonomías y Ayuntamientos. (9) Conseguir que los pocos corruptos condenados devuelvan el dinero que se han llevado. (10) Añádase lo que se desee. Después de aplicar ese decálogo aceptaré que me llamen "ciudadano". Vale.
Amando de Miguel
FVA Management - Blog
Félix Velasco

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