domingo, 26 de febrero de 2012

Caretas fuera

Esta semana ha sido apartado el juez Garzón de la carrera judicial. Una decisión que desde la izquierda y ciertas asociaciones se ha interpretado como una purga más allá de lo judicial, como un ajuste de cuentas político a una figura internacional, defensora de los derechos humanos. En su momento, la valentía del juez Garzón para luchar contra el terrorismo fue reconocida por todos. El problema fue cuando desveló sus cartas de aspiración política, a las que se sumarían otras posteriores ambiciones, como la de colocar su nombre en un frontispicio universal. Garzón aspiró a ser Premio Nobel de la Paz a través de la causa Pinochet y ahí fue donde comenzó su codicia política internacional. Un salto devastador, que le ha llevado, en la actualidad, a asesorar al Presidente de Ecuador, Rafael Correa. Un personaje del que conviene repasar su biografía para saber exactamente quién es y a quién asesora Garzón.
El Presidente Correa promovió el cambio de la Constitución de Ecuador para arrebatar privilegios a lo que él llamó «partidocracia», o sea, la influencia de los partidos políticos tradicionales en las instituciones públicas del país. Así fue cómo en Ecuador se acabó una Constitución liberal y nació otra para desarrollar el socialismo del siglo XXI. Y así fue cómo en aquel país comenzaron a cercenarse las libertades. Desde entonces la hostigacion del Gobierno hacia los demás partidos, los jueces y los periodistas es permanente y creciente. Cualquier crítica de los medios de comunicación hacia la gestión del Ejecutivo es interpretada por el Presidente como el resultado de una «mafia informativa» (sic), como un activismo político contra su persona, que acaba en los tribunales. El último y más escandaloso caso ha sido la condena a tres años de prisión al editor y tres directivos del diario «El Universo». Los periodistas, además, tendrán que pagar 40 millones de dólares al Presidente, quien acudió personalmente al juzgado a escuchar la sentencia.
A esa justicia tutelada y a ese Presidente «socialista» es a quien asesorará Garzón. A pesar de haber sido expulsado de la carrera judicial española, de haber sido declarado, por unanimidad, persona non grata por la Federación Nacional de Abogados de Ecuador, y a pesar de enfrentarse en aquel país a todo este colectivo que le quiere procesar por ser «cómplice de malversación de fondos estatales».
Es menester pues conocer la relación entre Garzón y Correa. Defendidos ambos por la izquierda más arcaica, esa que estrangula los Derechos Humanos que sarcásticamente ellos dicen defender. Una izquierda alelada, que sigue sin denunciar que los tiranos se hereden unos a otros, entre pompas militares, en Cuba, en Corea del Norte, en Venezuela, allí donde se instalen... Y aquí me paro y dejo de escribir. No vaya a ser que la larga mano de Correa me reclame tres años de cárcel y 40 millones de dólares por criticarle. Menos mal que Garzón, aquí en casa, ya no podrá ser el brazo ejecutor.
Gloria Lomana 
FVA Management - Blog
Félix Velasco

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