El cine español recibió 85 millones de euros en ayudas públicas en 2008 en forma de subvenciones. Sin embargo, las películas que se rodaron sólo recaudaron 77,5 millones de euros.
Es decir, los impuestos generaron el 52,3% de los ingresos totales del sector. Dicho de otro modo, aunque no vayas a ver la película, la pagas igual.
Está claro que al público español no le gustan las películas que los "artistas y directores" subvencionados ruedan, y prefieren ver otras (concretamente las de Hollywood).
Dos opciones, o el público no es inteligente y sólo pueden ser entendidas por "la élite privilegiada" o las películas son tan malas y los temas que tratan son tan penosos, que hay que mantenerlas en cartelera de forma artificial.
Eso sí, luego los progre-pijos-subvencionados tienen que agradecer el dinero que se les regala con declaraciones y manifestaciones. ¡Tienen que ganarse el pan!
A pesar del fracaso constante, año tras año, ellos se entregan mutuamente premios y reconocimientos. ¡Vaya generación de pseudo-intelectuaes! Poca calidad humana y profesional.
El cine que hacen no es rentable. El cine que hacen no gusta. La temática que tratan no interesa. Un panorama penoso. ¡Un respeto para Goya!
¿Es de justicia que en época de crisis tengamos que mantener con nuestros impuestos a personas que no aportan absolutamente nada a la sociedad? Un lastre que ya dura demasiados años. ¡Por favor, den esas subvenciones a los parados de larga duración que ya no cobran desempleo!
Félix Velasco
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