domingo, 20 de julio de 2008

Reflexiones para tiempos de crisis - II


REFLEXIONES PARA TIEMPOS DE CRISIS - II
Atiza, S.A., Eureka.com y fantástico@asombroso.es

OTRO ENFOQUE DEL TRABAJO
Toda empresa se crea para ser lo más rentable posible, tanto en lo económico como en lo social. Es por medio de la empresa que creamos riqueza en las naciones. Es por medio de la empresa que las familias obtienen los recursos para vivir, ahorrar y educar a sus hijos. Es por medio de la empresa que se construye la civilización moderna. No son los políticos quienes crean empleo, aunque hagan gala de ello en los mítines durante las campañas electorales, sino los empresarios vocacionales con la pasión, emoción y acción que eso exige. De ahí la importancia de que una empresa sea liderara con Ética y un fuerte componente de Responsabilidad Social que se perciba no sólo en el Código de Conducta colgado en el despacho del presidente, sino en la realidad cotidiana de la actividad empresarial.

Toda persona normal y corriente cuando empieza a prestar su colaboración en una empresa lo hace llena de entusiasmo, nuevas expectativas y energía, salvo un pequeño porcentaje de individuos “alérgicos al trabajo” y otro “problemáticos por naturaleza” que, en realidad, no deberían haber sido contratados. La dificultad surge cuando los responsables de la empresa generalizan el comportamiento de este reducido grupo y piensan que todos los trabajadores se comportan (o comportarían potencialmente) igual que ese núcleo de inadaptados.

Disponer de recursos económicos suficientes y debidamente gestionados en momentos de crisis es fundamental y necesario para sobrevivir, pero si de lo que se trata es de salir de ella airosos y reforzados, el factor diferencial básico son las personas en su tres roles: colaboradores, clientes y proveedores. Evitar los colaboradores malos o mediocres, evitar los clientes malos y mediocres, y evitar los proveedores malos y mediocres, garantizan un “ecosistema laboral” saludable… y si es posible, evitemos también los jefes malos y mediocres, consiguiendo así que, además de un lugar saludable, sea un proyecto de vida enriquecedor.

En la zona de países desarrollados disponemos de una enorme ventaja competitiva: el capital, el conocimiento y la tecnología que son accesibles y están al alcance de todos,.. pero lo que marca la diferencia entre las diferentes empresas es la calidad humana de las personas que los utilizan.

Desde mi experiencia de consultor de Management es evidente la importancia que tiene contar con empleados satisfechos, no por mero altruismo o filantropía, sino porque hay una relación directa entre el “factor empleados” y el “factor beneficios”. Todos los estudios que van apareciendo, cada vez con mayor asiduidad, demuestran que la actitud de los empleados tiene un efecto mensurable en la satisfacción del cliente y en los ingresos de la Compañía.

"Los despidos son dolorosos y caros. Si fuera posible habría que evitarlos. Las razones para ello son claras y para muchos evidentes: hay que indemnizar a los despedidos; las inversiones hechas previamente en formación se esfuman; cuando mejora la situación económica de la empresa, no se puede rescatar a los empleados más cualificados; y, por último, la moral de los que se quedan se ve afectada, ya que no están dispuestos a luchar en tiempos difíciles por una organización que les trata como mera mercancía." (Lester Thurow). Cuando el mercado “anda revuelto” la retención de empleados cualificados, especialmente comprometidos y con una actitud proactiva, se convierte en uno de los desafíos que debe afrontar la dirección de la empresa para garantizar un futuro próximo altamente rentable.

Una cafetería cuyos camareros ofrecen un servicio mediocre, es una cafetería mediocre, por muy bueno que sea el café con leche, las pastas y los bocadillos del desayuno. La calidad de servicio va ligada, sin lugar a dudas, a la calidad del producto, y condiciona la misma. ¡Y esto es válido para cualquier tipo de Industria, Empresa u Organización! Un porcentaje elevadísimo de lo que hacemos tiene que ver con las relaciones interpersonales, todos somos “diseñadores” en la manera de presentar las cosas que hacemos.

Los empleados infelices cuestan caro a las compañías. Las “organizaciones felices” son más innovadoras. Si la gente está de buen humor, existen más probabilidades de tener ideas creativas ese día. Un proceso cognitivo se activa cuando la gente se siente bien y origina un pensamiento más flexible, fluido y original. La gente feliz está más motivada. Contrate gente que sonría.

Félix Velasco
FVA Management

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