El Foro Económico Mundial publicaba a finales del año pasado un informe en el que se ponía de manifiesto el exceso de papeleo y burocracia en España. Se trata, según el mismo informe del tercer factor más problemático para hacer negocios, sólo por detrás de la obtención de financiación y de las rigideces del mercado laboral.
Otro estidio del Banco Mundial llamado Doing Business 2010 pone negro sobre blanco las tremenda odisea que cualquier emprendedor necesita superar en España para abrir un negocio. En este caso, una sociedad de responsabilidad limitada.
Nuestro país lejos de compararse con sus socios europeos en estas cuestiones se encuentra a la altura de otros como China, Venezuela, Brasil, Indonesia, Nigeria, Zimbabue, Camerún, Chad, Gana, Togo o la República del Congo. España ha perdido puestos en los principales índices de libertad económica, que se publican en el mundo. El problema es que la libertad económica está asociada al crecimiento y subir en estas listas suele ir acompañado de una mejora en la coyuntura, por lo que la caída de España no augura nada bueno.
En cambio, otros como Portugal, Francia, Bélgica, EE.UU. o Australia, se cuentan entre los países con menos trabas burocráticas a la hora de abrir un negocio. En estos casos el tiempo medio de espera para instalar una sociedad de responsabilidad limitada oscila entre 1 y 10 días. En España son más de 100.
En concreto, el estudio Doing Business 2010 coloca a nuestro país en el puesto 157 de 188 en la clasificación sobre la facilidad para contratar trabajadores. En cuanto a la sencillez para iniciar un negocio, el estudio nos sitúa en el puesto 146.
Para ilustrar estos datos ofrece una sencilla gráfica a modo de ejemplo donde queda reflejado paso a paso la brutal diferencia entre España y Reino Unido. Mientras que en el Londres, con 12 días y 204 euros la sociedad está constituida, en Madrid son precisos hasta 130 días y 1.200 euros en gastos administrativos que no incluyen las necesidades propias del negocio, como el capital social.
Pero no queda ahí la cosa. Dentro de nuestra España y por obra y gracia del Estado de las Autonomías, las diferencias también son flagrantes entre unas comunidades y otras. Por ejemplo, Valladolid, Valencia y las Palmas son las comunidades autónomas donde se tarda más tiempo en constituir un negocio con cerca de 300 días de media. Las ciudades donde menos se tarda, Madrid y Toledo con a penas 50 días de espera.
Por otro lado el informe mide el coste burocrático. En Toledo, Valladolid y Murcia sale más caro abrir un negocio. En el caso de Murcia, con más de 3.000 euros. Mientras que Valencia, Logroño o Sevilla es donde más barato sale.
El propio Ministerio de Administraciones Públicas, en su estudio Trámites administrativos para la creación de empresas en España de 2007, ya ponía de manifiesto que las autonomías y municipios han introducido una gran disparidad en el tiempo y costes de las gestiones en función de la comunidad autónoma en que se despache.
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