La estrategia del Gobierno frente a las malas previsiones económicas para España es siempre la misma: matar al mensajero. Primero fueron los organismos internacionales como el FMI que revisaban una y otra vez a la baja las previsiones de crecimiento para España. Después el gobierno cargó contra el BCE, la Comisión Europea o entidades privadas como Standard & Poor’s, Merrill Lynch y UBS.
En octubre de 2007, cuando la campaña electoral estaba a la vuelta de la esquina, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había rebajado nuestra previsión de crecimiento. Zapatero contestó con ironía: "el FMI se equivoca un rato" (Rodrigo Rato aún era el Director Gerente de este organismo). El tiempo quitó la razón a ambos. El FMI tendría que haber rebajado aún más su previsión de crecimiento para España y Zapatero no sólo mantuvo la que contemplaba el Ejecutivo sino que se atrevió a pronosticar que finalmente el PIB quedaría por encima de sus propias estimaciones.
Ya en enero de 2008 llegaron los antipatriotas. Pese a que el número de estudios, análisis y documentos que pronosticaban la crisis era abrumador, Zapatero insistió en negar la evidencia. Llamó antipatriotas aquellos que levantaban las alarmas y volvió a confiar en los cuadros macroeconómicos elaborados por Solbes que pronosticaban un crecimiento "en el entorno del 3%" para 2008. Dijo incluso que "como siempre nos hemos quedado por debajo, no descartamos que crezcamos por encima del 3%".
En febrero, a un mes de las elecciones y con los miembros del gobierno en plena actividad electoral, los informes continuaban alertando de la crisis. Algunos de ellos ya hablaban de recesión. En aquellos días, Solbes llegó a decir que estaba "harto y agotado de oír tonterías sobre el mundo económico".
Lo hizo en un diario francés donde también dijo que aquellos que pronosticaban fuertes tasas de paro y crecimientos cercanos al 0% era porque "no tenían ni idea de economía". Según dijo entonces, pese a crecer "algo por debajo del 3%" nuestra economía podría seguir reduciendo el paro.
En junio el banco de inversión UBS había pronosticado que españa entraría en recesión en 2008. Una previsión compartida días después por la Asociación Española de Capital Riesgo (EVCA). Pero Zapatero criticó estos análisis y pidió que no se pronunciara la palabra "crisis" para no perjudicar la imajen y el prestigio de España en el extranjero y no ahuyentar así posibles inversiones extranjeras.
Aquel 9 de junio, Zapatero también dedicó algunas palabras a Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, que había señalado la posibilidad de volver a subir los tipos de interés. Con un Euribbor al alza durante aquellos días, Zapatero no dudó en pedir "prudencia" a Trichet, a quien acusó de haber provocado la subida de este indicador al que se referencian las hipotecas en España. Estas declaraciones le costaron una llamada de atención del Gobierno alemán.
En noviembre Bruselas pronosticó para España un déficit público del 3,2% y una tasa de paro del 15,5% para 2010. Zapatero contestó diciendo que las previsiones de la economía española elaboradas por la CE durante los últimos tres años siempre se han situado tres décimas por debajo del crecimiento que finalmente ha registrado el PIB español al cierre de cada ejercicio.
De hecho, según el jefe del Ejecutivo, "quizá hoy más que nunca" las previsiones económicas deben ser acogidas con un "elevado grado de prudencia". En definitiva, según Zapatero "no hay precedentes" de esta crisis "ni hay un modelo de estimación" para evaluarla.
El pasado mes de diciembre, la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) pronosticó que el PIB CAERÍA UN 1,5% EN 2009 y que la tasa de paro crecería hasta el 18% en 2010. Unas previsiones que no sentaron muy bien en Moncloa, tampoco en Feraz. Esta vez Zapatero dejó a José Blanco contestar a la citadas previsiones. El vicesecretario general del PSOE señaló que las previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorro "en el último año han sido todas bastante erráticas".
Para concluir, Zapatero se atrevió incluso a cuestionar la profesionalidad del FMI y de la Comisión Europea al mismo tiempo. Ambas avanzaban la recesión en España para 2009 y advertían de los riesgos de una sangría laboral: "No es infrecuente que los organismos internacionales, incluso algunos de los más reputados, se equivoquen en sus previsiones. E, incluso, no es infrecuente que propongan recetas, seguidos quizá por la inercia que no han conducido a una mejora de la situación".
El último capítulo lo ha escrito este martes, 13 de enero. Zapatero ha cargado contra Standard & Poor’s que el pasado lunes puso en vigilancia negativa la calidad de la deuda española, a quien podrían rebajarle la calificación "AAA". Zapatero no ha dudado en advertir a S&P que son las propias agencias de calificación la que están siendo "sometidas a debate" en el marco de las conversaciones para redefinir el sistema financiero internacional.
En octubre de 2007, cuando la campaña electoral estaba a la vuelta de la esquina, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había rebajado nuestra previsión de crecimiento. Zapatero contestó con ironía: "el FMI se equivoca un rato" (Rodrigo Rato aún era el Director Gerente de este organismo). El tiempo quitó la razón a ambos. El FMI tendría que haber rebajado aún más su previsión de crecimiento para España y Zapatero no sólo mantuvo la que contemplaba el Ejecutivo sino que se atrevió a pronosticar que finalmente el PIB quedaría por encima de sus propias estimaciones.
Ya en enero de 2008 llegaron los antipatriotas. Pese a que el número de estudios, análisis y documentos que pronosticaban la crisis era abrumador, Zapatero insistió en negar la evidencia. Llamó antipatriotas aquellos que levantaban las alarmas y volvió a confiar en los cuadros macroeconómicos elaborados por Solbes que pronosticaban un crecimiento "en el entorno del 3%" para 2008. Dijo incluso que "como siempre nos hemos quedado por debajo, no descartamos que crezcamos por encima del 3%".
En febrero, a un mes de las elecciones y con los miembros del gobierno en plena actividad electoral, los informes continuaban alertando de la crisis. Algunos de ellos ya hablaban de recesión. En aquellos días, Solbes llegó a decir que estaba "harto y agotado de oír tonterías sobre el mundo económico".
Lo hizo en un diario francés donde también dijo que aquellos que pronosticaban fuertes tasas de paro y crecimientos cercanos al 0% era porque "no tenían ni idea de economía". Según dijo entonces, pese a crecer "algo por debajo del 3%" nuestra economía podría seguir reduciendo el paro.
En junio el banco de inversión UBS había pronosticado que españa entraría en recesión en 2008. Una previsión compartida días después por la Asociación Española de Capital Riesgo (EVCA). Pero Zapatero criticó estos análisis y pidió que no se pronunciara la palabra "crisis" para no perjudicar la imajen y el prestigio de España en el extranjero y no ahuyentar así posibles inversiones extranjeras.
Aquel 9 de junio, Zapatero también dedicó algunas palabras a Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, que había señalado la posibilidad de volver a subir los tipos de interés. Con un Euribbor al alza durante aquellos días, Zapatero no dudó en pedir "prudencia" a Trichet, a quien acusó de haber provocado la subida de este indicador al que se referencian las hipotecas en España. Estas declaraciones le costaron una llamada de atención del Gobierno alemán.
En noviembre Bruselas pronosticó para España un déficit público del 3,2% y una tasa de paro del 15,5% para 2010. Zapatero contestó diciendo que las previsiones de la economía española elaboradas por la CE durante los últimos tres años siempre se han situado tres décimas por debajo del crecimiento que finalmente ha registrado el PIB español al cierre de cada ejercicio.
De hecho, según el jefe del Ejecutivo, "quizá hoy más que nunca" las previsiones económicas deben ser acogidas con un "elevado grado de prudencia". En definitiva, según Zapatero "no hay precedentes" de esta crisis "ni hay un modelo de estimación" para evaluarla.
El pasado mes de diciembre, la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) pronosticó que el PIB CAERÍA UN 1,5% EN 2009 y que la tasa de paro crecería hasta el 18% en 2010. Unas previsiones que no sentaron muy bien en Moncloa, tampoco en Feraz. Esta vez Zapatero dejó a José Blanco contestar a la citadas previsiones. El vicesecretario general del PSOE señaló que las previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorro "en el último año han sido todas bastante erráticas".
Para concluir, Zapatero se atrevió incluso a cuestionar la profesionalidad del FMI y de la Comisión Europea al mismo tiempo. Ambas avanzaban la recesión en España para 2009 y advertían de los riesgos de una sangría laboral: "No es infrecuente que los organismos internacionales, incluso algunos de los más reputados, se equivoquen en sus previsiones. E, incluso, no es infrecuente que propongan recetas, seguidos quizá por la inercia que no han conducido a una mejora de la situación".
El último capítulo lo ha escrito este martes, 13 de enero. Zapatero ha cargado contra Standard & Poor’s que el pasado lunes puso en vigilancia negativa la calidad de la deuda española, a quien podrían rebajarle la calificación "AAA". Zapatero no ha dudado en advertir a S&P que son las propias agencias de calificación la que están siendo "sometidas a debate" en el marco de las conversaciones para redefinir el sistema financiero internacional.
L.F. Quintero y L. Ramirez
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