domingo, 28 de noviembre de 2010

Empresas como sables

Como las «Espadas como labios» de Vicente Aleixandre, yo he escuchado en estos días el ruido de empresas como sables. Con la Fundación Everis en La Zarzuela antes y la reunión de pastores en La Moncloa con la oveja muerta de la economía ayer, me he acordado de cuando a la altura de 1980, y a la vista de cómo iba España, se decía que se escuchaba ruido de sables. Que acabó como saben: en la lamentable berlangada de Tejero. Decían en aquellos entonces que los sables se escuchaban en los cuartos de banderas porque íbamos camino del desastre de España. Y la clave de la remembranza por lo civil de aquellos sables me la dio el hecho de que esta como Operación Galaxia de los Empresarios la encabezara Eduardo Serra, que, mire usted qué casualidad, fue ministro de Defensa.
Aunque nadie ha vuelto a pronunciar el término, estaban otra vez en danza los que fueron conocidos como «poderes fácticos». Mal marchan las cosas en España cuando en vez del poder de los votos se mira con temor a los poderes fácticos y se aforan regimientos, cadenas de radio, púlpitos, pancartas... o porcentajes de participación en el PIB. Prueba de que están otra vez en marcha los poderes fácticos, al margen de las urnas que todos queremos convocadas cuanto antes, es que ya nadie habla de los «agentes sociales» y, como un ruido de sables por lo civil, frente a los millones de votos del irresponsable que nos gobierna se cita el no sé cuántos por ciento del PIB que representan estos empresarios que, como soy de pueblo y no sé ni papa de la pomada madrileña, a mí, ¿qué quieren que les diga?, me parecen conjurados hartos de coles, presos de pavor ante tanta incapacidad, tanta negación de la realidad, o lo que cantaba Ana Belén: qué derroche, cuánta locura.
Hablan del valor-país, pero yo me quedo con lo que en el toreo se llama «valor seco». El valor seco de los empresarios que se han atrevido a largar todo aquello en lo que todos pensamos y nadie se atrevía hasta ahora a decir, empezando por el disparatón de las 17 autonomías y sus 17 parlamentos de la señorita Pepis, para continuar con el despropósito de subvencionar el paro en vez de crear empleo y ser gobernados por la mayor colección de indocumentados, con un sistema electoral pensado para el chantaje continuo de las minorías sobre la mayoría. Y si dudan en lo del valor seco, hay que tener más valor que Diego Puerta para decir lo que ha proclamado Eduardo Serra y pensamos muchísimos: «No puede continuar la inseguridad jurídica que dan 17 parlamentos legislando diarreicamente». Y tirando el dinero.
Yo pedí aquí hace poco una gestora para España. Que los empresarios que de verdad han capeado el temporal en sus empresas y creado empleo, como Mercadona y Zara, tomaran las riendas de la crisis y mandasen a por tabaco a esta partida de mantas que nos llevan a la ruina. Tenía grandes esperanzas en la reunión de ayer en La Moncloa. Que como ya estaban allí, se iban a quedar, para sentarse en la mesa del Consejo de Ministros y empezar a hacer lo que hay que hacer y estos gachós no saben. Como cuando aquella tarde de Feria se fue Curro Romero hacia la barrera donde estaba Carmen Tello, armó la muleta, citó al toro y dijo: «A ver si esto se hace así». Eso es lo que faltó ayer. No les perdono. Ya que estaban en La Moncloa, los empresarios del manifiesto de Everis debían haber mandado ayer a por café a ZP para decirnos a los españoles, echándose la muleta del BOE a la izquierda: «A ver si esto se hace así...».
Antonio Burgos
FVA - Management - Bolg
Félix Velasco

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